Controla tu insulina y ¡adelgazarás!

Controla tu insulina y ¡adelgazarás!

La insulina hace que nuestro cuerpo almacene el exceso de azúcar en forma de grasa, inhibe la movilización y destrucción de la grasa previamente almacenada y eleva el colesterol, aunque es esencial para formar glucógeno y estimular el almacenamiento de proteínas en los músculos y de grasa en las células grasas.

Como los hidratos de carbono no se descomponen en glucosa, lo que eleva el nivel de azúcar en sangre, el páncreas segrega insulina para contrarrestar este efecto. Por tanto, una dieta rica en carbohidratos aumenta la glucosa, lo que estimula la liberación de insulina con los efectos sobre la grasa que ya hemos visto.

Además, los carbohidratos anulan la secreción de glucagón, hormona que ayuda a eliminar la grasa almacenada por su alto contenido en glucosa. Sin embargo, con una dieta rica en proteínas, la glucosa apenas se eleva, lo mismo que la insulina. Lo que si aumenta el glucagón. En definitiva, regular la secreción de insulina es la clave de la dieta antiazúcar, para lo cual es preciso controlar la ingesta de azúcar, tanto del refinado como el de los hidratos de carbono.

Así es la dieta

Hay que eliminar de la alimentación las papas, maíz, arroz blanco, cereales procesados, pan hecho con harinas refinadas, melaza, miel, bebidas azucaradas y cerveza.

Reemplazaremos los hidratos de carbono que más estimulan la producción de insulina, incluídos los almidones, por otros alimentos integrales.

Es necesario disminuir la proporción de grasas saturadas.

Es preciso que la dieta sea equilibrada como las proteínas necesarias para que en nuestro organismo se encuentren tanto en alimentos de origen animal como vegetal, y ninguna de esas dos fuentes suministra todos los aminoácidos que se requieren, será necesario incluir alimentos de ambas clases.

Hay que tener cuidado con las salsas, como el «ketchup» y muchas de las que se usan para el asado, porque están condimentadas con uno o mas azúcares. Casi todos los aliños comerciales para ensaladas contienen una o mas formas de azúcar.

En cuanto a la preparación de los alimentos, lo mejor es cocinarlos a la brasa, al horno, a la parrilla, cocidos o en microondas.

Esto es lo que puedes comer:

Carnes:
Carne vacuna magra, pato, cerdo, pavo, codorniz, perdiz, conejo, cordero, pollo, faisán y ternera.
Pescados y mariscos
Vegetales: Alcachofas, espinacas, algas, guisantes, apio, hojas de repollo, berenjenas, judías, brócoli, lechugas, lentejas, calabaza, calabacines, pepino, cebolla, pepinillos en vinagre, repollo, pimientos dulces, coles de Bruselas, rábanos, coliflor, setas, espárragos, tomates.
Frutas: Las que se ingieren por separado son digeridas y absorbidas a un ritmo menor que cuando son consumidas junto con otros hidratos de carbono y grasas. Se pueden comer aguacates, mangos, albaricoques, manzanas, cerezas, melocotones, ciruelas, melón, dátiles, moras, kiwis, naranjas, limas, peras, limones, toronjas, mandarinas, uvas.
Lácteos: Cremas, mantequilla, queso, leche, yogur.
Granos y cereales: Pueden afectar la velocidad de la digestión y la absorción de hidratos de carbono, teniendo como consecuencia una estimulación mucho menor de la producción de insulina. Son ricos en vitaminas y minerales, sustancias fitoquímicas y antioxidantes. Arroz integral, avena, granos naturales, panes de cereal integral, pastas de cereal integral, productos de granos enteros (sin dextrosa, maltosa, miel, melaza, azúcar moreno, ni jarabe de maíz), salvado de avena y salvado de trigo.
Otros alimentos: Aceite de oliva, aceite de canola, ajo, café, chocolate amargo (con un 60 por ciento de cacao o más), especias, frutos secos, gaseosa con endulzantes artificiales, gelatina de frutas sin azúcar, salsa tabasco, té, jugos de frutas sin azúcar.

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