Controladores aéreos

Controladores aéreos

[b]Señor director:[/b]

Cortésmente, la Asociación Dominicana de Controladores Aéreos Inc. ADCA, le saluda en ocasión de agradecer de la manera más sincera y humilde el importante papel jugado por usted en medio del conflicto laboral que culminó con la paralización de la actividad aeronáutica, y que adicionalmente degeneró en un virtual aislamiento de nuestro país, durante los días 31 de marzo y 01 de abril recién pasados; adicionalmente, nos creemos en la obligación de edificarle, cabal y concienzudamente, sobre las reales circunstancias que rodearon estos días negros para la historia de la seguridad y regularidad de la aviación en la República Dominicana.

Lo primero que nuestra Asociación reconoce es que, gracias a la pronta e imparcial intervención de voces tan altas y calificadas como la suya, formulando un llamado a que se impusiera la sensatez, en aras de garantizar que la actividad aeronáutica, en este caso afectada por los inconvenientes que se presentaron en torno a la prestación de los Servicios de Navegación Aérea, volviera a la normalidad sobre la base de que las garantías de seguridad y regularidad de las operaciones aéreas se mantuviera en los niveles de los que nunca debieron de haber salido.

Nuestra Asociación, la que agrupa a prácticamente la totalidad de los Controladores Aéreos civiles del país, ha sido un garante incondicional de los exigentes requisitos de calidad e idoneidad, inherentes a la prestación de un servicio ligado íntimamente con la preservación de la vida humana, así como de propiedades y bienes. En tal virtud, nos ha tocado en múltiples oportunidades, aún relegando merecidas y legítimas conquistas en favor de nuestros miembros, trabajar en jornadas extraordinarias cuando así la actividad o el país lo han requerido, sin pasar facturas y con la sola recompensa de la satisfacción del deber cumplido.

Son las razones previamente planteadas, las que nos obligan a manifestarle con la más absoluta seguridad, que no defraudaremos la honrosa confianza que en nosotros usted ha depositado. En un momento tan crucial como el vivido, su intervención jugó un papel vital para que la opinión pública no fuera sorprendida en su buena fe, por personas e intereses que se conjugaron para actuar de espaldas a las mejores causas de la actividad aeronáutica y de nuestra nación, tratando de vender la especie de que nuestra Asociación, junto a las demás asociaciones de técnicos ligadas a la prestación de los vitales y estratégicos Servicios de Navegación Aérea, se encaminaban a realizar una huelga sobre la base de reclamos laborales, y que la misma afectaría la buena marcha y seguridad de las operaciones aéreas en nuestro país.

La Asociación Dominicana de Controladores Aéreos, a lo largo de su existir, se ha caracterizado por un accionar diáfano, firme y coherente; estas condiciones, demostradas en trascendentales momentos de la historia de la actividad, nos dan la suficiente autoridad moral para hacer un formal desmentido a la versión de que nos aprestábamos a, sin previo aviso y de manera irreflexiva, iniciar una huelga que generaría trastornos a una actividad tan medular para la economía del país, como lo es el turismo; contrario a esta versión, habíamos depuesto de la mejor buena fe, tan pronto apareció la primera oportunidad de diálogo, una serie de medidas tendentes a garantizar que se buscara solución a nuestras justas, merecidas y viables demandas.

Es lamentable, que fuera precisamente en el momento en que nos encontrábamos sosteniendo auspiciosas conversaciones con los concesionarios y dueños de aeropuertos de nuestro país, dirigidas a encontrar vías de avenencia que allanaran el camino para una solución satisfactoria para todos, cuando de manera irreflexiva y atropellante, se decide «tomar militarmente el control de las operaciones aéreas» y ponerlo en manos de un personal insuficiente y descalificado; obligándonos esta realidad, a tomar la decisión de replegarnos en nuestro local y condicionar nuestro regreso a las labores que nunca abandonamos y de las que fuimos arbitrariamente sacados, a que la ocupación militar fuera retirada y que se creara un mecanismo de negociación constructivo y serio, en que las diferentes partes envueltas le buscaran solución a la problemática planteada.

Desafortunadamente parece que era indefectible y hasta necesario, que se sometiera al usuario a las consabidas molestias que esta infeliz medida generó y que prácticamente se aislara nuestro país, para que los responsables de implementar y desarrollar un trauma tan perjudicial se dieran cuenta de la magnitud y repercusión de la misma. Es después que se hace un daño de repercusiones y alcances inconmensurables, cuando se decide retornar a la normalidad que nunca debió perder la prestación de los Servicios de Navegación Aérea. Las repercusiones probables de esta situación, no pueden recaer bajo ningún concepto, sobre los hombros de los hombres y mujeres agrupados en nuestra Asociación; por el contrario, nos ha tocado una vez más, decir presente, en este trascendental momentos en que el interés del país demanda el concurso de sus mejores hijos. Estamos brindando los Servicios, nuestros aeropuertos y nuestra Región de Información de Vuelos, se encuentran funcionando al 100% de sus capacidades pese a los obstáculos que se erigen desafiantes. Esto se debe a nuestro concurso y no vacilaremos en aportar nuestros esfuerzos y talentos.

Tenga la seguridad señor Alvarez, que así como usted nos ha hecho depositarios de su confianza, no defraudaremos la misma y nos comprometemos ante Dios, ante el país y ante usted, a que nuestro sector, como pieza ejecutoria en este importante engranaje, se esforzará cada vez más por brindar un servicio seguro, ordenado y rápido tal y como lo demandan las regulaciones y compromisos internacionales asumidos por el país.

Atentamente,

Francisco Bolívar de León P.(Presidente)

Gelacio Merán Zabala (Sec. general)

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