Controle la migraña

Controle la migraña

El dolor de cabeza es una de las dolencias más frecuentes en la población. De hecho, se calcula que el 90 por ciento la padece en algún momento de la vida. Pero no todas las personas afectadas consultan al médico: más de dos terceras partes de quienes padecen dolor de cabeza deciden intentar solucionarlo por su cuenta, sin consultar a su médico de cabecera o al neurólogo, y recurren a la automedicación.

Existen dos tipos básicos de dolor de cabeza: la cefalea tensional y la migraña.

El dolor de cabeza tensional o cefalea es el más frecuente. Tiene intensidad leve a moderada, afecta generalmente a ambos lados de la cabeza y no es pulsátil. Puede ser episódico (dura de 30 minutos a siete días) o crónico (se produce 15 o más días de cada mes durante seis meses o más).

La migraña o jaqueca se caracteriza por ataques recurrentes de dolor de cabeza que puede acompañarse de náuseas, vómitos e hipersensibilidad a la luz y el ruido. En ocasiones, el dolor va precedido de trastornos visuales (destellos y dificultades para ver los objetos en su totalidad) y auditivos, que se denominan aura migrañosa.

En la migraña el dolor puede ser hemicraneal o unilateral (en un solo lado de la cabeza), y pulsátil o como una sensación de martilleo. Dura entre cuatro horas y tres días.

[b]CAUSAS DE LA MIGRAÑA[/b]

Las causas de la migraña no están claras. Los vasos sanguineos que rodean al cerebro se estrechan durante el aura y luego, en la fase de dolor, se dilatan produciendo inflamación. La baja concentración del neurotransmisor serotonina podría ser la causa de estos trastornos vasculares.

El dolor sería desencadenado por cambios hormonales, ciertos alimentos o la reducción repentina del nivel de estrés. Sí se sabe que existe predisposición genética y que hay determinados factores precipitantes de la crisis, tales como:

Alimentos. Los más conocidos son el alcohol (sobre todo el vino tinto), los quesos curados, el chocolate, el glutamato de sodio (abundante en la comida china), el aspartane (edulcorante sustituto del ázucar), las salchichas (por contener nitritos), los frutos secos, los cítricos, el té, las bebidas de cola y el deficit o exceso de cafeína.

Pueden existir otros alimentos causantes de la migraña por lo que algunos médicos recomiendan someterse a pruebas de sensibilización alimentaria.

La menstruación. La migraña sin aura es más común en los dos primeros días del ciclo menstrual. También puede aparecer dos días antes del sangrado, aunque el riesgo es menor en la ovulación. Durante la menstruación aparecen con mayor frecuencia las cefaleas tensionales, probablemente por la reducción de los estrógenos.

Estrés emocional. Ansiedad, emoción excesiva, depresión, shock, excitación y liberación del estrés o de la tensión son posibles factores.

Estrés físico. Viajes, exceso de ejercicio físico y de esfuerzos, fatiga física o mental, inclinarse o agacharse repetidamente, alergias, ayuno, cambio de actividades rutinarias (trabajo por turnos o vacaciones), exceso o deficiencia de sueño, fumar, excitación sexual, etcétera.

Estímulos externos. Cambios climáticos, altitud elevada, baños muy calientes, olores intensos, luces brillantes o parpadeantes, ruidos fuertes, ver televisión durante muchas horas.

[b]CÓMO EVITARLA[/b]

La identificación de los factores que desencadenan la migraña es la clave para que cada persona aprenda a evitar aquellos que desencadenan las crisis:

Controlar la alimentación: Evitar el consumo de alimentos desencadenantes es la primera medida de control de la migraña. Mantener una dieta equilibrada, con tres comidas principales y baja en grasas. Es importante evitar los largos periodos de ayuno, por lo que son aconsejables los tentempiés ligeros. Se recomienda ingerir más verduras, cereales y frutas, excepto cítricos.

Dormir bien: implica no dormir en exceso ni menos de lo necesario. Evitar trasnochar demasiado los fines de semana y llevar un horario regular para ir a la cama.

Hacer ejercicios con regularidad: Estudios han demostrado que la práctica habitual de ejercicios físicos puede ayudar a reducir la migraña.

Huir del estrés: suele ser el principal factor desencadenante. Una situación de estrés prolongado puede precipitar una crisis de migraña. La mayoría de ellas ocurre cuando la tensión decrece, quizás por n descenso brusco en los niveles de adrenalina.

Aunque el estrés no suele coincidir con los ataques, controlarlo ayuda a evitar la aparición de las crisis. Se aconsejan las técnicas de relajación y a ejercicios de respiración. Los masajes relajantes también pueden aliviar las cefaleas de origen tensional.

[b]LAS ALTERNATIVAS FARMACOLÓGICAS[/b]

Los fármacos, generalmente, disminuyen la frecuencia e intensidad de los episodios de migraña, según han demostrado las investigaciones científicas. Antidepresivos, betabloqueadores y calcioantagonsitas se administran bajo supervisión médica en personas con migrañas muy frecuentes o incapacitantes. El tratamiento preventivo se utiliza cuando la cefalea es muy frecuente (más de tres o cuatro crisis de dolor al mes).

En caso de dolor leve o moderado se administran medicamentos como los antiinflamatorios no esteroideos (aspirina, ibuprofeno) al iniciar el ataque. Sirven para las cefaleas tensionales, pero no resultan efectivos para dolores muy severos.

Para las cefaleas de gran intensidad se emplean medicamentos vasoconstrictores: ergotamínicos y los triptanes. El uso simultaneo de ambos tipos está contraíndicado. Se recominda evitar usar los ergotamínicos de manera rutinaria ya que pueden causar cefalea de rebote: al dejar de tomarlos las arterias se dilatan y vuelve el dolor de cabeza.

Los triptanes, son fármacos relativamente nuevos que actúan sobre los receptores de la serotonina, un neurotransmisor. Son efectivos en cualquier fase del dolor y algunos mejoran los síntomas como los vómitos y las náuseas.

Los neurólogos recomiendan a las personas que padecen de migrañas y cefaleas tensionales evitar la automedicación, ya que la tilización de cualquier tipo de analgésico en exceso y de forma diaria puede desencadenar la denominada cefalea crónica diaria por abuso de medicación.

Cada persona requiere de la valoración médica para determinar que el dolor de cabeza no obedezca a otras causas (hipertensión arterial, tumor intracraneal, entre otras) y para establecer una terapia individualizada.

[b]ANTICIPE Y PREVENGA SU PRÓXIMA MIGRAÑA[/b]

Usted puede utilizar sus señales para evitar un dolor de cabeza. Primero, anote todos los síntomas “premonitorios” durante unas semanas y observe cuales conducen al dolor. Después, cuando perciba una señal, evita los factores detonantes y tome un medicamento recetado por un especialista al primer síntoma, ya que se ha demostrado que esto puede detener el ataque o atenuar el nivel de dolor.

Los principales signos de que podría sobrevenir una migraña en los próximos tres días son:

Dificultad para expresarse, sea por escrito o en una conversación.

Sentir las emociones a “flor de piel”.

Excesivos bostezos.

Visión borrosa.

Extrema sensibilidad a la luz brillantes o los ruidos fuertes.

Mareo. Cansancio.

Dificultad para concentrarse.

Rigidez en el cuello.

Irritabilidad.

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