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El país ha logrado progresos verdaderamente impresionantes en materia de Medicina.

 Hemos profundizado notablemente en procedimientos clínicos que en otros tiempos estaban reservados a países tecnológicamente muy avanzados.

Trasplantes,  implantes, reimplantes por microcirugía, intervenciones  cardiovasculares, cateterismo y otros procedimientos, invasivos o no, ya son cosa común y generalizada en nuestro país.

Pero también hemos avanzado en  ramas médicas en las cuales los procedimientos tienen la particularidad de ser electivos y  decididos en gran medida por el paciente dentro de parámetros fijados por el médico especialista.

En este ámbito podemos citar la cirugía estética, que en la modalidad de mejorar la apariencia ha cobrado gran auge en nuestro país hasta constituir un mercado importante de oferta y demanda.

Corresponden al mismo ámbito, aunque con implicaciones familiares y sociales altamente delicadas, los tratamientos de fertilidad materna asistida, que permiten a muchas parejas procrear hijos que no han logrado por los medios normales.

II

Es difícil, por no decir que imposible, que un paciente decida cuándo hacerse un trasplante renal,  un by pass, un cateterismo o una peritonitis. Son procedimientos no elegibles por el paciente y dependen mucho de las circunstancias y gravedad de cada caso.

En cambio una mujer puede decidir cuando cambiar su aspecto físico o someterse a fertilización asistida para procrear prole.

A juicio de algunos especialistas, los casos recientes de partos múltiples que se han producido en el país sobrepasan la media registrada por la Medicina.

 El 26 de diciembre del 2005 se produjo un parto de sextillizos y ya la semana pasada, es decir apenas un año y medio después,  se produjo otro parto similar, cuando los registros mundiales sitúan esta frecuencia en  un caso por cada 45 millones de nacimientos.

  Al margen de los registros mundiales, sería interesante conocer entre cuántas mujeres bajo tratamiento de fertilización asistida se han producido estos dos nacimientos de sextillizos. Seguro que un cotejo de este tipo arrojaría resultados alarmantes.

III

Consideramos que hay que establecer normas éticas que impidan un manejo descuidado de asuntos tan delicados y con tantas implicaciones familiares y sociales como la fertilización asistida.

Si una mujer se somete a este tipo de tratamiento, de seguro lo hace tratando de procrear el hijo que no ha logrado tener, no seis, o cinco, o cuatro, y la pregunta crucial es cuáles garantías se da a las interesadas de que no les ocurrirá este tipo de “accidente”.

Luis Rivera,  jefe de Perinatología de la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia, tiene mucha razón para considerar que es urgente que se legisle sobre esta materia para evitar que los partos múltiples se conviertan en una epidemia.

Los medios informativos, incluyendo las agencias de prensa internacional, reseñan y dan seguimiento a los partos de sextillizos precisamente por lo extraño que son en todo el mundo, y preocupa que aquí hayamos tenido dos de estos nacimientos en apenas un año y medio.

Podría haber implicaciones éticas en estos procedimientos que conducen a desenlaces tan dramáticos para el equilibrio de cualquier familia promedio de limitados ingresos económicos.

Hay que legislar sobre la materia y velar porque haya apego a  aspectos éticos.

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