Convencer Cuba vuelva a la OEA es un reto de Almagro

Convencer Cuba vuelva a la OEA es un reto de Almagro

El secretario general de la OEA, Luis Almagro, archivo

Convencer a Cuba de que se reintegre en la Organización de Estados Americanos (OEA) es uno de los principales retos del uruguayo Luis Almagro, que asume mañana, martes, la secretaría general del organismo en un momento de acercamiento histórico entre Washington y La Habana.

Almagro, que forjó una buena relación con el Gobierno de Raúl Castro en su época de canciller uruguayo , está bien posicionado para conversar con Cuba, pero no se espera que a corto plazo la isla vuelva a ser miembro activo de la OEA, según las fuentes diplomáticas y expertos consultados por Efe. “Se trata de un proceso que tiene sus propios tiempos, nosotros trataremos de impulsar un curso de acción para el pleno ingreso, sin violentar los intereses de los actores involucrados”, explicó a Efe una fuente del equipo de transición de Almagro. La tesis general en la OEA es que no se puede ir de la nada al todo, por lo que la estrategia podría pasar por buscar proyectos concretos de colaboración que allanen el camino hacia el posterior reingreso de Cuba, el único país del continente que no participa en el organismo.

El secretario general saliente, José Miguel Insulza, se va “habiendo dejado la puerta abierta” para la vuelta de Cuba a la organización y reclama crédito por el papel de la OEA en el deshielo entre Estados Unidos y la isla. Bajo su mandato se produjeron tres hitos en las relaciones entre la OEA y La Habana- en 2009 se levantó la suspensión de Cuba, en 2014 el chileno se convirtió en el primer secretario general en viajar a la isla en cinco décadas y este año el país caribeño participó por primera vez en una Cumbre de las Américas. Cuba, miembro de la OEA desde su creación en 1948, fue suspendida en 1962 tras el triunfo de la revolución liderada por Fidel Castro debido a su adhesión al marxismo-leninismo en el marco de la Guerra Fría entre el bloque capitalista encabezado por EEUU y el comunista dirigido por la Unión Soviética. “Esa suspensión fue un castigo al Gobierno de Cuba, pero no al pueblo cubano. Por eso la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha seguido atendiendo casos de la isla durante todos estos años”, explicó a Efe una fuente de ese organismo autónomo de la OEA. Cuba lleva así medio siglo en una suerte de limbo dentro del organismo continental, ya que la CIDH ha denunciado continuamente las violaciones de derechos humanos en la isla sin obtener respuesta alguna del Gobierno, tampoco después de levantarse la suspensión.

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