POR ROSA ALCANTARA
El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y varios de sus tradicionales e históricos dirigentes pondrán a prueba de fuego su futuro político en la convención de este domingo para la escogencia del candidato presidencial.

Los proyectos políticos de los precandidatos presidenciales Miguel Vargas Maldonado y Milagros Ortiz Bosch están integrados por perredeístas de larga data en el PRD, quienes han vivido la mayoría de los procesos internos desde la fundación de la entidad.

Con la celebración del proceso interno se advierte en el PRD la conclusión de una etapa y el inicio de otra.

Cualquiera de los dos aspirantes presidenciales que resultase ganador de la convención tendrá que cargar con el gran reto de cambiar la imagen del PRD y ponerlo en condiciones de competir y ganar las elecciones de mayo del 2008.

La politóloga Rosario Espinal al analizar la situación en la que se encuentra el PRD, en la víspera de la celebración de una convención, expresa que las dos precandidaturas están bien definidas porque son dos figuras conocidas, aunque con récord diferente.

Al PRD le conviene desarrollar unas primarias satisfactorias y sin inconvenientes, advierte Espinal, como forma de que esa organización cambie la imagen que aumentó su deterioro con la “ineficaz” gestión que encabezó Hipólito Mejía.

La mística del partido opositor se encuentra en un proceso de transformación con la disminución de su militancia y amplias simpatía.

Según Espinal, el PRD enfrenta varios retos con su convención del domingo. Por primera vez introduce la modalidad de celebrar un proceso eleccionario con un padrón abierto en el que podrán votar los perredeístas y demás personas que no estén inscritas en los partidos de la Liberación Dominicana (PLD) y Reformista Social Cristiano (PRSC).

Tiene la ventaja esa modalidad, a juicio de Espinal, que se abre a un público más extenso, empero, presenta como desventaja que el partido no sabrá determinar cuál es realmente su militancia.

Sí se podrá saber cuál es la cantidad del electorado dominicano que está interesado en lo que ocurre en el PRD.

Una vez el PRD escoja a su candidato presidencial de una manera aceptable por las partes y determine la cantidad de personas que movilizó, quedaría como principal reto trabajar para devolverle a la población la confianza que permita retornar al poder en breve tiempo.

CONSECUENCIAS PARA LOS COMPETIDORES

Hay quienes afirman que si Ortiz Bosch resulta ganadora de la convención aseguraría la vigencia y permanencia en el escenario político nacional a los dirigentes perredeístas tradicionales que le han apoyado tales como Rafael Suberví Bonilla, Enmanuel Esquea Guerrero, Virgilio Bello Rosa, José Rafael Abinader y Tomás Hernández Alberto. Todos ellos declinaron sus aspiraciones presidenciales para postular a Ortiz Bosch por la Corriente Unitaria del PRD en un proceso convencional en el que tendrá como su contendor a Vargas Maldonado.

En cambio si Ortiz Bosch perdiese, sus posibilidades electivas se reducirían tomando en cuenta su edad, 69 años. En tanto, los integrantes de la Corriente Unitaria, que en su mayoría ha participado en procesos externos e internos para cargos públicos, tendrían casi nulas sus posibilidades de postularse a puestos electivos y verían reducir sus fuerzas e incidencias en las decisiones que en el futuro se tomen en el PRD.

Espinal observa que la convención del PRD no conduce a una división. “Si milagros pierde una parte de los dirigentes que la apoyaron respaldará a Vargas Maldonado, porque no tienen otra opción hacia donde dirigirse y pueden haber algunos líderes que no comulguen con Vargas por lo que se retirarían informalmente de la política”.

En cambio, señala Espinal, si Ortiz Bosch gana la convención habría una sensación, aunque sea efímera, de que el proyecto ideológico del PRD queda vivo.

“Milagros ha representado la tradición y la militancia histórica del PRD”, indicó.

En tanto, analiza la politóloga que un triunfo en la convención de Vargas Maldonado cerraría el ciclo del PRD histórico-ideológico y pasaría a ser un aglutinador de sectores descontentos con el gobierno que encabeza el presidente Leonel Fernández.

Agrega que de ganar Vargas Maldonado la candidatura presidencial del PRD, éste emergería como el líder de esa organización hacia las elecciones del 2008.

El PRD, asegura, pasaría a ser un partido con mucha clientela, sin cabeza ideológica.

Espinal augura un PRD organizado por Vargas Maldonado en base a la clientela política, por ser una figura con recursos económicos “el dinero y no las ideas jugarán en el nuevo ciclo del PRD un papel fundamental”.

En cambio hay observadores políticos que señalan que una derrota electoral interna del ex secretario de Obras Públicas representaría un golpe para su futuro personal, así como para los que lo respaldan, en su mayoría integrantes del denominado  Proyecto Presidencial Hipólito (PPH) y líderes provinciales y municipales que ganaron sus puestos electivos en la contienda  del 2006.  “El liderazgo de los síndicos, diputados, senadores y regidores que respaldan a uno y a otro estaría en juego en la convención que el PRD celebrará este domingo”, subrayó un analista político.

Según Espinal el PRD no tiene relevo ideológico y sus ideas se han ido vaciando. La precandidatura presidencial de Vargas Maldonado cuenta con el apoyo de destacados dirigentes del PRD, entre los que se destacan, el ex presidente Mejía, Alfredo Pacheco, Andrés Bautista, ex presidentes de la Cámara de Diputados y el Senado de la República; Peggy Cabral, Neney Cabrera, Aníbal García Duvergé, Vicente Sánchez Baret, Tony Raful, Roberto Rodríguez.

Para Espinal la Corriente Unitaria del PRD ha reaccionado tarde. Entiende que los líderes de la misma intentan hacer ahora lo que debieron hacer en el 2003 y en el 2004, de haber enfrentado el intento reeleccionista de Hipólito Mejía.