El Comité Nacional aprobó en una Convención Nacional Extraordinaria la reforma de estatutos del Partido Revolucionario Moderno (PRM), que ahora permiten al presidente de la República, Luis Abinader, repostularse al mismo cargo.
Además, el l partido oficialista modificó artículos de sus estatutos que condenan la corrupción, el crimen organizado y la violencia de género.
Palabras íntegras del Presidente Abinader en la convención:
Compañeras y compañeros,
Cuando a finales del año 2014 decidimos fundar este partido lo hicimos convencidos de que la política nacional necesitaba una redirección para la transformación ética, democrática y el desarrollo social y económico de la República Dominicana que durante demasiados años necesitaba y nadie atendía.
Nacimos abrazando la idea de democracia con justicia social que siempre defendió José Francisco Peña Gómez, el más grande líder de la historia democrática de la República Dominicana.
Sus enseñanzas nos permitieron abrir las ventanas de la esperanza para el pueblo dominicano y han servido siempre de inspiración para varias generaciones de dominicanos y dominicanas.
El Partido Revolucionario Moderno es heredero de ese inspirador legado; de la fuerza y el trabajo incansable en favor de los mejores valores de la defensa de la democracia que caracterizan a nuestra militancia.
Somos la esperanza nacional y el hogar de la mayoría social del pueblo dominicano.
Somos garantes de la rectitud, de la honradez y de la transparencia.
Hijos de una República Dominicana que fundamenta su futuro en la defensa de los mejores valores de la Democracia, el Desarrollo y la Igualdad.
Nuestra principal razón para fundar el Partido Revolucionario Moderno fue entonces la de la luchar manera enérgica contra las prácticas antidemocráticas y corruptas que durante décadas permearon todos los estamentos de la política nacional, y que se instalaron de forma burda en las diferentes instituciones que dan vida al Estado dominicano.
Quienes ejercían el poder extendieron sus largos tentáculos hasta alcanzar y controlar la Justicia y todas las instituciones del país.
Abusaron descaradamente de sus privilegios en connivencia con ciertos representantes del poder legislativo, y pretendieron ejecutar un plan maestro para doblegar la voluntad y cercenar la independencia de organismos del Estado tan importantes para la vida democrática nacional como son la Junta Central Electoral, el Tribunal de Cuentas o la Procuraduría General de la República.
Por eso nuestro compromiso con la historia, con Pena era hacer las cosas diferentes. Hacerlas bien e instaurar un verdadero sistema democrático con instituciones honestas e independientes.
El pueblo dominicano lo tuvo claro desde el primer momento. Y la militancia perremeista asumió el compromiso de fundar este partido con la idea de trabajar sin descanso por la eliminación de esas prácticas corruptas, la falta de transparencia en las acciones del gobierno y para devolver al pueblo lo que es del pueblo: una democracia plena, equiparable a los países de nuestro entorno, en la que las libertades individuales y los derechos de todos y todas estén plenamente reconocidos y garantizados en base a un crecimiento económico sostenido y una distribución justa y equitativa de nuestras riquezas con oportunidades para todos.
Un país en el que la defensa de la igualdad, el trabajo en favor de políticas públicas para el desarrollo de nuestros pueblos y la realización de los proyectos de vida de cada ciudadano y ciudadana, sean el motor que impulse la definitiva transformación que necesita la República Dominicana para avanzar hacia el futuro promisorio que nos espera como pueblo y como nación.
Porque, tal y como recogen las letras del himno de nuestro partido, cuando un pueblo abre sus ojos y ve la democracia peligrar, se decide a darlo todo y defiende su derecho al bienestar.
Y efectivamente, el pueblo dominicano abrió los ojos porque sintió en sus propias carnes el dolor de una democracia desgajada, a la que poco a poco se le desproveía de sentido para apoyar fórmulas contrarias a la participación, la transparencia y el reconocimiento de que la soberanía corresponde al pueblo y nada más que al pueblo, tal y como recoge nuestra Constitución.
El pueblo dominicano pudo ver entonces cómo se deterioraban cada vez más nuestras instituciones y se instalaba una política del ocultamiento, de la no rendición de cuentas y la no asunción de responsabilidades para con los ciudadanos y ciudadanas.
Una cultura de la impunidad que laceraba de forma descarada el sistema democrático que tanta sangre, sudor y lágrimas nos costó construir desde el final de la dictadura.
Pero pudimos superponernos. Y supimos, pues, que la moral no se había perdido, y que era el momento de enfrentar la corrupción.
Así reza nuestro himno ¡Y así lo hicimos!
Uniendo nuestras voces en una sola llenamos las urnas de votos blancos y azules para el PRM y un gran conglomerado de partidos aliados.
El pueblo nos dio el triunfo tan solo cinco años después de la fundación de nuestro partido, en medio de unas elecciones celebradas en un ambiente excepcional a causa de las restricciones por pandemia.
Esta es toda una gesta. Fundar un partido, ganar las elecciones en tan solo 5 años y hacerlo en medio de la peor pandemia en siglos. Y lo hicimos por la firma convicción de nuestros valores y también por vosotros y vosotras, los perremeistas. Ustedes son la piedra angular de este cambio. Ustedes son los protagonistas de esta historia de éxito. Y aquí les doy las gracias de corazón.
De esta manera, y con su fuerza y apoyo, desde el 16 de agosto de 2020 llegamos al Palacio Nacional con un proyecto de país sólido, ambicioso y realista.
Un gobierno limpio y plenamente transparente que fija su mirada en la consolidación de nuestro sistema democrático y apuesta por un crecimiento y desarrollo económico sostenible, como base fundamental para la transformación social que necesita nuestro país para afrontar los retos de este mundo globalizado, moderno y cambiante del que hacemos parte.
En estos 16 meses de gobierno, hemos puesto las bases de una transformación irreversible en muchos ámbitos. Las banderas que antes eran del PRM, son ahora las banderas que levanta cualquier dominicano.
Hablar de una justicia independiente es hoy ya patrimonio de todos y todas, hablar de un crecimiento justo y una redistribución equitativa es defendida en todos los sectores o nuestra agenda de reformas es hoy la agenda de reformas asumida por todo un país.
Este, compañeros y compañeros, es el mayor triunfo que podamos conseguir.
Que nuestra visión sea la de Estado, la de la mayoría, la todos los dominicanos y dominicanas.
Y esa visión tiene que conocerse en todos los rincones del país. Debemos ser cada uno de nosotros voceros de este gobierno, de este partido y de nuestros valores.
En alguna ocasión me han oído decir que nos encontramos ante el momento dominicano, y lo digo porque lo creo, pero también porque lo refleja la realidad en su día a día.
Somos el país de la región de mayor inversión nacional y extranjera, nuestra economía crece a un ritmo de dos dígitos, hemos reformado los programas sociales y ahora llegan a más gente, hemos desterrado en el plano internacional la visión de un gobierno dominado por el clientelismo a una visión de seriedad y rigor. Sectores como el turismo, las zonas francas, la agropecuaria están batiendo récords en sus cifras.
Hemos realizado la mayor reforma sanitaria nunca hecha en nuestra historia incluyendo a más de dos millones de compatriotas en el Servicio Nacional de Salud (Senasa). Hemos desplegado también el mayor plan de vivienda de la República Dominicana y estamos trabajando en reformas institucionales como la de la policía que van a transformar nuestro país para siempre.
Estos cambios son solo el principio. Nos queda un largo camino que recorrer juntos para llevara a nuestro país al lugar que siempre hemos soñado y que dibujo Peña Gómez en nuestra mente.
Por tanto, les digo, que sigamos este camino, que sigamos siendo ese partido unido y con ideas que refleja mejor que ninguno las esperanzas de nuestro pueblo.
Debemos conseguir una madurez política suficiente que se plasme en la confianza que depositan los ciudadanos y ciudadanas no solo en la figura del candidato o candidata a ocupar la primera magistratura del Estado, sino en proyectos políticos que verdaderamente cuenten con una visión estructurada del país que queremos construir.
Si ustedes fueron necesarios en la victoria, ahora son imprescindibles en la defensa de nuestro proyecto.
Necesitamos seguir dando soluciones reales a los problemas del país gracias a las ejecutorias de un gobierno con rostro humano, con capacidad de generar certidumbre entre los diversos sectores productivos nacionales y confianza y seguridad para las inversiones extranjeras.
Un proyecto de gobierno centrado en el crecimiento económico, el empleo, la vivienda, la educación, la seguridad y que le importe la vida y la felicidad de sus conciudadanos.
Y en este punto me van a permitir detenerme en un aspecto importante y principal de nuestro partido; la igualad.
Por ello, me quiero dirigir a las mujeres de nuestro partido. Ustedes, mujeres dominicanas, mujeres perremeistas son el sostén de nuestro país: cabezas de familia, hermanas, hijas, esposas, amigas, compañeras y madres de la otra mitad de la población de nuestro país.
Que la palabra Igualdad del lema de nuestro partido es un compromiso real con ustedes. Por eso hemos dado sentido al principio de equidad de género, convirtiéndolo en un pilar de nuestra organización, en la que, de forma transversal, se aplicará en todos los organismos y a todos los niveles.
Un país, o un partido, no puede progresar sin contar con el 50% de sus miembros.
El cambio es real, y lo es para todos y todas.
Así, también quiero dirigirme a los jóvenes de nuestra organización.
Debemos trabajar para garantizar la oportunidad que merecen nuestros jóvenes perremeistas de acceder a los espacios de toma de decisiones a lo interno de nuestro partido y reconocer su derecho y capacidad para la representación política. Un derecho que se han ganado a pulso al convertirse en la vanguardia del Partido Revolucionario Moderno.
Con ustedes, jóvenes del PRM, tenemos garantizada la renovación de nuestros cuadros políticos, la continuidad del proyecto renovador que encarna nuestra organización, y nos preparamos para el inminente cambio generacional que se avecina.
La experiencia de los veteranos del PRM se une al ímpetu de la juventud que ustedes encarnan, en una especie de pacto intergeneracional que fundamenta la estructura de nuestra organización política.
Siéntanse orgullosos de ello, y reconózcanse en el espejo de Juan Pablo Duarte, el padre fundador de nuestra República, quien siendo muy joven tuvo la gran visión de hacer de la dominicanidad un sinónimo perfecto de libertades, derechos y democracia plena. Y con tan grande legado, trabajemos juntos para alcanzar los objetivos del cambio que merece la República Dominicana.
Amigas y amigos,
Con esta alianza de todos los sectores de la sociedad conseguiremos ser la voz de toda una nación.
A ustedes les corresponde ser los mejores aliados de este gobierno. Su ética, humildad y ejemplaridad en todos los planos de su vida debe ser constante para ganar el corazón y la razón de nuestros vecinos.
En este gobierno todos los tienen claro; el mejor patrimonio que dejaremos será un legado de reformas y de una manera de hacer y estar en política.
Mi gobierno, y yo el primero, estamos con la inquebrantable actitud de no permitir ningún comportamiento ilícito o que nos haga tener que agachar la cabeza a los demás.
Somos la esperanza de la gente, somos la solución a sus problemas, somos su partido y no podemos defraudarlos.
Hemos llegado lejos, compañeros y compañeras, pero podemos llegar aún más lejos si nos lo proponemos y empujamos para ello.
Yo les prometo seguir dando el 1,000% para conseguirlo. Y les pido a todos y todas que hacer los mismo.
Porque como decían unos versos del poeta uruguayo, Mario Benedetti; “juntos, en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos”
Conquistemos la calle y sigamos empujando para cambiar este país. Como nos recuerda nuestro himno; levántate. Es nuestro momento, perremeistas.
Muchas gracias a todos y todas y que Dios los bendiga siempre.