Conveniente reflexión para el PRD

Conveniente reflexión para el PRD

El PRD alcanzó el poder con Bosch en 1961, pero  fue víctima de los sectores más conservadores, incluyendo el  económico y empresarial. Los que se acomodaron con el Triunvirato y luego con Balaguer. Los mismos   que trataron de evitar que Don Antonio Guzmán asumiera la presidencia en el 1978. Los que influyeron para  que el PRD no volviera al gobierno en 1986; los que  impidieron que Peña Gómez pudiera ganar en 1994; y los mismos que cerraron filas para que Balaguer le alzara  las manos a Leonel Fernández y detener nuevamente a Peña Gómez en el 96.

Jorge Blanco llegó al gobierno en 1982, precedido por la gestión de Guzmán que abrió las puertas de la  libertad, fortaleció  la democracia y creó  institucionalidad, con un Balaguer arrastrando el pesado fardo de los 12 años y el PLD todavía pequeño.

Hipólito Mejía alcanzó el poder, porque  logró solidificar todas las corrientes del PRD, logró alianzas tácticas con diversos grupos políticos, cuya unidad permitieron  captar otros segmentos importantes de la sociedad, pero estuvo siempre bajo la mira  recelosa de ciertos sectores de poder.

Esos sectores  que  cuentan con muchos tentáculos,  han estado siempre al acecho para impedir de diferentes maneras que el PRD adquiera la  compactación necesaria  para convertirse en  opción de gobierno, y solo  cuando reciben señales de que la vocación de poder se coloca por encima de las diferencias grupales,  se adaptan a esa realidad.

Logrando  unidad interna y alianzas  con sectores  populares y de clase media no comprometida, porque muchos dependen del poder tradicional, lograrán  nuevamente el poder. Manteniendo armonía  y rescatando los postulados fundamentales que lo identifican como partido liberal,  de contenido social y popular.

Ya con Hipólito Mejía como candidato,  todas las  fuerzas internas  deben reflexionar con madurez y buscar  mecanismos eficaces que  permitan desarrollar sus actividades  creando  ambientes de unidad y convivencia, capaces de frenar cualquier acción de parte de sus tradicionales contrarios.

Asegurada la participación a  los diferentes sectores en el posible gobierno, tienen  que reafirmar el contenido popular y social del PRD, que representa  la herramienta más eficaz para  poder lograr el respaldo y la ayuda necesaria de otra parte importante de la sociedad, que sin ser perredeísta coincide con las necesidades de cambios.

Se tiene que aprovechar esta oportunidad, evitando  actitudes grupales o individuales que pongan en peligro  los reclamos de la militancia y gran parte de la población deseosa de que se produzcan cambios de rumbo en la conducción de la cosa pública.

Pronunciamientos o actitudes que de alguna forma puedan crear divergencias,  en vez de favorecer al candidato, le hará daño al partido entero y  se reflejará en las posibilidades del triunfo.

Aprovechando el período de Semana Santa que se traduce en amor y perdón, lo ideal sería,  reiniciar las actividades con mayores sentimientos de solidaridad y armonía, olvidando posibles  agravios y dándole vigencia al pensamiento  humanista. Que la paz reine entre todos.  

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