Convergir

Convergir

Convergir: dirigirse dos o más líneas a unirse en un punto. Concurrir al mismo fin los dictámenes, opiniones o ideas de dos o más personas.

Cada gran movimiento social o político que ha sacudido el centro de la tierra y el alma de la nación, se ha producido cuando hemos sido capaces de despojarnos de pequeñeces y mezquindades y declinado nuestras banderas de lucha para crear una nueva bandera, un nuevo paradigma, bajo cuya sombra nos colocamos con altura de miras, con principios claros y con propósitos definidos.

Cuando la sociedad es capaz de sacudir el polvo del camino malo, cuando el pueblo se guía por principios claros y metas alcanzables, la unidad que se crea es tal que la fuerza conjunta actuando bajo una sola dirección es indestructible.

De la muerte del tirano Trujillo para acá, tenemos buenos ejemplos de cómo la unión de pequeños esfuerzos y sacrificios ha provocado y producido acontecimientos que han contribuido a conformar una nación con menos injusticias, con un poco más de respeto por los derechos de todos, una administración judicial que se cuida más de ocultar sus chanchullos.

De la muerte de Trujillo para acá, hemos sido capaces de unirnos para empujar los remanentes de la familia del tirano, hasta que tuvieron que salir del país algunos para no volver jamás. Esa y otras acciones políticas importantes fueron fruto de la unidad de la mayoría.

Logramos la reforma constitucional de 1962 para facilitar y viabilizar las elecciones de diciembre de 1962, fruto del trabajo del Consejo de Estado y de la Junta Central Electoral, instituciones encabezadas por los licenciados Rafael F. Bonnelly y Angel María Liz, respaldados por la voluntad del pueblo que quería elegir sus mandatarios con libertad.

Luego del Golpe de Estado de 1963, se construyó un camino convergente que se manifestó en grandes concentraciones de profesionales, de gremios, de asociaciones, de gente del común que escogió la vuelta a la constitucionalidad como el arma de lucha para reconquistar la libertad y el autogobierno.

Ante la invasión norteamericana de 1965 se produjo una nueva convergencia con la participación de partidos, militares democráticos, gremios, asociaciones de maestros, estudiantes, amas de casas, deportistas, sindicatos, se unió la mayoría del pueblo para rechazar el atropello de Goliat que, nuevamente, fue derrotado por la férrea voluntad que se impuso a la imposición, para gloria y honor de hombres y mujeres libres que no inclinaron su bandera de lucha.

Frente a cada situación de gravedad extrema empresarios, industriales, profesionales, partidos, gremios, asociaciones, en fin, el pueblo dominicano ha convergido, como ahora, para defender su derecho a la felicidad y a vivir sin temor.

La convergencia tiene un solo grito: ¡todos unidos contra la dictablanda del PLD!

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