Conversaciones sobre el Futuro (parte II)

Conversaciones sobre el Futuro (parte II)

Le pregunté a Nuria Piera: ¿Tomaste la decisión de ser madre?  Ella me respondió: “Bueno yo creo que sí, o tal vez fue tanta la presión de `ten un hijo´… Un día fui al manicomio y hasta los enfermos mentales me gritaban: ¡Nuria ten un hijo, ten un hijo!

Se me quedó la pregunta colgada en el corazón: ¿Qué parte de nuestras decisiones son realmente nuestras (el libre albedrío), y que parte es condicionamiento del entorno?

Resulta que la respuesta no importa. “¿Por qué me enamoré?”, “¿por qué me ha pasó justo a mí?”. Hasta un “¿Por qué revientan las torres gemelas?”

Si supiéramos a ciencia cierta el por qué pasan las cosas que pasan, por qué hacemos lo que hacemos, ¿de qué realmente serviría? Si tampoco se puede medir el impacto real de nuestras decisiones y va más allá de nuestro entendimiento limitado y estrecho.

Yo, que ando buceando en vidas ajenas, ayudando a una amiga en su mudanza me encontré la carta que su madre le escribió antes de morir. Y con permiso de ella, la comparto:

“Sé que pensarán que estoy loca, pero hay un día de mi vida que se escapó del calendario invisible que lleva la cronología de los hechos que me acontecen, ese calendario que condenaba a “ese día” al pasado, perdió el control, este día resultó ser desobediente, y se reveló, porque ahora lo que pasó ese día, alimenta mi ahora. Un día (que está supuesto a ser olvidado) está vitaminando mi presente, como si lo despertara continuamente. Se preguntarán: ¿Qué pasó ese día? Pasé de estar OUT a estar IN, mágicamente, quién soy realmente, se puso de moda en mi vida, porque alguien vio cosas en mí que yo nunca había visto, me puso IN.  Lo que recibí fue: INesperado, INmejorable, INdescriptible, INconcebible, una luz INtermintente que me recuerda que soy irrepetible en el Universo.

Alguien me dejó esta nota: “Tesoro estoy contento de ternerte en mi vida”

Aunque supe quien escribió la nota, no era alguien a quien he dedicado mi vida, o a quien le he hecho regalos y promesas, no era alguien “importante” a quien le dices SI, acepto. No es con esa persona que celebro mis cumpleaños, o comparto mis desayunos, almuerzos o cenas, no es esa persona con quien comparto una idea, una ilusión, no es esa persona a quien cuido, y le preparó un té, en realidad no era un persona para quien estaba supuesta a ser un “TESORO” y sin embargo lo era, justamente eso es lo bello de esta nota escrita que me hace darme cuenta que No todo está escrito en la vida que construimos con decisiones propias de nuestro libre albedrío o decisiones resultado de la “presión de los demás”. Siempre quise tener un día que se saltará los tiempos, su secuencia: pasado, presente, futuro, alguien que sólo conozco de nombre, alguien que no forma parte de ninguna decisión en mi vida, me concedió ese regalo”. Para mi hija, Sarah, que sepa que nunca terminamos sabiendo para quien trabajamos, ni para quien nos convertimos en… tesoros.

¡NAMASTE!

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