Conversando con Fellé…y con
su sonido

Conversando con Fellé…y con <BR>su sonido

POR ALEXIS MÉNDEZ
Julio y yo llegamos a la 3:55 de la tarde al patio de Casa de Teatro. Al no encontrar a Ana, la manejadora de Fellé Vega, nos aventuramos a buscarlo nosotros. Fue al abrir la puerta del camerino, encontramos al percusionista santiaguero descansando en un «sofá», esperando a que le avisen para empezar el chequeo de sonido para el concierto que esa noche se iba a realizar.

El tipo nos recibió amablemente. No hizo falta que nos identificáramos para que su caballerosidad saliera a flote. Después de presentarnos, se puso a nuestra disposición. Entonces empezamos a conversar:

Alexis: Tengo entendido que el concierto de esta noche se va a grabar para editar un disco. Al igual que el disco que está en el mercado, el próximo será en vivo… ¿Porqué dos discos en vivo, uno detrás de otro?

Fellé: Porque hemos probado, que en vivo, el disco sale con toda su esencia…con todo su «melao». Hemos tratado, un par de veces, de grabar en estudio, pero no sale. Y lo hemos hecho con el grupo entero, y no sale.

 El primer disco, «Retreta para el alma», fue grabado en vivo, en 2 canales, y masterizado en Estados Unidos, y el segundo que llevará por titulo «Fufú» será grabado en 24 canales, y le haremos algún trabajo de estudio. Este segundo disco va estar mejor trabajado porque somos más maduros.

A: ¿Qué sentimiento te une al sonido de las retretas, que tanto se manifiesta en tú propuesta?

F: Es que cuando estaba muy pequeño, 4 ó 5 años, tenía el parque a media cuadra de mi casa. Siempre me encantó el sonido que emitía la banda del parque, también las bandas de la policía, del ejército.

Siempre me gustaron los vientos…la tuba. Siempre me gustó esa conformación de instrumentos que daba un sonido muy particular, con el cual fui experimentando con los años, al mismo tiempo en que tocaba  con muchísimos grupos, como el de Rafelito Mirabal que era un grupo de fusión. En esos grupos, como percusionista, quise ser diferente…buscar algo que me desprendiera, por ejemplo de la batería.

A: ¿La batería fue tu instrumento inicial?

F: No. Yo siempre toqué lata, congas, y esos féferes que uno se encuentra en la calle…ahora he conformado este proyecto, buscando un sonido particular con mis inquietudes…con el violín, el acordeón típico, la guitarra, la tuba…una fusión de lo europeo con los tres percusionistas que conformamos la parte afro antillana, y también el estilo oriental. Ese es mi fuerte…la percusión china, hindú, la japonesa. Con todo eso ha surgido, yo creo, un sonido muy particular, muy mío.

A: Precisamente, esa mezcla me lleva a imaginar que pudo haber sido difícil la compenetración de los músicos, porque quizás la violinista creció escuchando a Paganini, mientras el acordeonista se formó entre Tatico Henríquez y Bartolo Alvarado.

F: Mira, la compenetración se dio de lo más fácil. Cuando nos juntamos por primera vez,  fue como un encuentro de almas. Por ejemplo, la muchacha que toca el violín es muy talentosa, toca además la guitarra y es compositora, buena violinista clásica y muy dada al jazz, pero lo más importante es que tiene una intuición natural, intuye muy bien lo que va a pasar luego…que es lo que llamamos improvisación, hacer música en el momento.

El acordeonista, que quizás sólo ha oído merengue, se ha ido compenetrando de una manera natural.

No habido que hacer ajustes extremos. Lo que hemos tenido que hacer es trabajar la música, ponerle cuidado, hacer las cosas de manera artesanal. Es que esta no es una banda común, sino una conformación de voluntades, de amigos que nos hemos juntado.

A: ¿Y esa inquietud de crear tus propios instrumentos y no utilizar un bongó o unas congas? ¿De donde viene esa necesidad?

F: Viene de muchas cosas. De muy pequeño, yo armaba y desarmaba cosas. Eso viene de mi abuelo que era mecánico. Viene de mi mamá que le gustaban las manualidades. Cuando Niño, yo hacía mis propios juguetes, los convertía en otra cosa. Quizás viene de una necesidad económica, aunque yo tenía congas y bongos. También de esa necesidad de crear sonidos nuevos.

También forma parte de una investigación de muchos años…de ese ir y venir, de tocar las cosas, verlas, probar y estudiar, hasta tal punto, que he desarrollado un oído clínico. Yo veo los objetos y puedo decir si suena, o mejor dicho, si puede emitir un sonido lógico, porque todo suena en la vida.

Además vivo investigando por Internet, leyendo libros de física. Eso me da un parámetro para tener un concepto más claro sobre las vibraciones, de la conformación de los objetos.

Lo que quedó fue la espera. Volvimos al trabajo mientras esperábamos la hora de un concierto donde la creatividad fue el mejor aliado de Fellé, y el asombro, «compinche» de todos los que estuvimos allí.

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