Conversión de entidades supone el fin de una era

Conversión de entidades supone el fin de una era

Nueva York. EFE. La transformación a partir de ayer de Goldman Sachs y Morgan Stanley en bancos comerciales supone la extinción de la especie formada por las grandes entidades de inversión independiente, así como el cierre definitivo a un modelo de negocio que ha definido Wall Street durante décadas. Al no estar controlados por el banco central estadounidense, los bancos de inversión independientes podían gestionarse de forma más autónoma y asumir mayores riesgos que las entidades comerciales.

Sin embargo, la tormenta financiera desatada por la crisis ha destapado en las últimas semanas las debilidades de ese tipo de entidades, y con la venta masiva de sus acciones, los inversores parecen haber dejado claro que ya no confían en la viabilidad de su modelo de negocio.

Ello ha obligado a Goldman Sachs y Morgan Stanley, los dos únicos ejemplares de su especie que permanecían en pie, a transformar sus estructuras para convertirse en bancos comerciales y gozar así de la estabilidad que suponen sus multimillonarios depósitos.

La conversión fue aprobada el domingo  por la Reserva Federal (Fed), inmersa en la aplicación del plan orquestado por Washington para proceder a un rescate público sin precedentes de un sector duramente golpeado por la crisis. Esa intervención pública, que supondrá un coste de unos 700.000 millones de dólares, se ha entendido como una contundente prueba de la quiebra del modelo del libre capitalismo.

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