CONVERTIRSE EN MADRE EN MEDIO DE LA PANDEMIA

CONVERTIRSE EN  MADRE  EN MEDIO DE LA PANDEMIA

Testimonio.  Lucivel Ávila cuenta la experiencia de haber debutado como madre en el contexto de la emergencia sanitaria de COVID-19

El coronavirus ha sido capaz de paralizar la cotidianidad de millones de personas en el mundo, pero, por fortuna, hay algo a lo que no se le puede imponer restricciones, aunque inevitablemente se haya visto alterado por la situación actual: el nacimiento de una nueva vida.
Parir y nacer en estado de emergencia sanitaria, con los centros de salud copados con los pacientes de coronavirus, enfermedad contagiosa que amenaza el mundo, no es el escenario ideal.
A pesar de que la OMS ha advertido que las embarazadas pueden estar tranquilas, porque no hay evidencia de que el virus se transmita por la placenta, parir en esta situación produce sentimientos de ansiedad extra.
Una de las miles de madres que dieron a luz en estos meses bajo la presencia de la COVID-19 es Lucivel Ávila. Caleb de Jesús Abreu Ávila, llegó al mundo a principios de mayo, por lo que su nacimiento no fue como lo planificaron su mami y su papi Manuel Abreu. “Dar a luz en medio de la cuarentena por COVID-19 para mí fue una experiencia inolvidable, no solo por lo que el periodo ha generado en cuanto a lo social, económico, etc., sino porque ya tenía organizada mi red de apoyo, y por el tema del distanciamiento social no fue posible que mi gente cercana pudiera estar conmigo en este momento tan importante”, cuenta Ávila.
Vivir este momento solos ha sido difícil para la nueva madre. “¡Nada de recibir visitas! Esto ha sido fuerte. Esa red de apoyo obviamente se vio afectada.De hecho, venía un familiar a pasarse unos días con nosotros en la casa y así poder acompañarnos y por las circunstancias no pudo. Nuestros familiares y amistades aún no han podido conocer al niño”.
Esta situación ha generado cierta tristeza en la nueva madre, quien aclara: “Por supuesto que la falta de ellos me ha entristecido a veces; los he echado mucho de menos, pero en esos momentos desvío mi atención a la importancia de cuidarnos para mantenernos sanos, sobre todo a Caleb, que está tan indefenso”, reflexiona la madre.

El momento del parto. La nueva mami cuenta que la principal preocupación en la etapa final del embarazo fue la posibilidad del contagio. “Tuvimos miedo de contagiarnos, de que la higiene en la clínica no fuera la adecuada, y de que mi esposo, que estaba haciendo todas las diligencias para que yo me quedara en casa, encontrara el virus por ahí, que luego nos contagiara a nosotros y que el niño pudiera sufrir algún efecto de esto”.
Sin embargo, la madre cuenta que su experiencia sanitaria fue positiva y para el parto se tomaron todas las precauciones necesarias. “Tuve la suerte de que ese día hubo muy pocas personas en la clínica y la atención fue rápida. Me llevaron a un espacio privado, donde hubo poco flujo de personal médico, y pude acunar a mi bebé inmediatamente, tal y como lo plasmé en el plan de parto”.
Lucivel Ávila
Cuidar a mi bebé en el encierro pienso que no ha sido tan diferente a lo normal en los primeros días, que es estar en casa, respondiendo a las demandas del bebé, cuidarme yo, alimentarme bastante bien para amamantar, tratar de descansar . Entonces, quizás no he sentido tanto el encierro”.

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