Convierten vías en
mercados de vendedores

<P>Convierten vías en<BR>mercados de vendedores</P>

Las principales vías de la zona metropolitana  se están convirtiendo en mercados de vendedores, ante las miradas indiferentes de conductores, transeúntes y las autoridades sanitarias, municipales y policiales.

El fenómeno no es nuevo, pero cada día agrava y dificulta el tránsito y pone más en peligro la salud pública.

En las principales calles y avenidas del municipio Santo Domingo Este y del Distrito Nacional es fácil ver moverse entre los vehículos que se detienen en las esquinas a vendedores de tarjetas telefónicas, de accesorios de celulares, jugos, refrescos, agua fría, café, helados, dulces, aguacates, mangos, maní tostado, semillas de cajuil y flores. Pero la variedad de las ofertas no termina aquí. También se ofrecen copias de películas pirateadas, libros, perros, cotorras, y no faltan los limpiadores de los vidrios de los vehículos.

También están los canillitas, en su mayoría muchachas, que ofrecen en venta los periódicos diarios. 

En los últimos tiempos se han sumado jóvenes de entidades dedicadas a la rehabilitación de adictos, quienes venden fundas plásticas y ofrecen bonos en busca de cooperación económica.  También aparecen representantes de grupos religiosos que piden ofrendas para financiar sus actividades, una práctica que sólo hacían en los templos y entre los pertenecientes a las congregaciones.

Los pedigüeños, casi siempre con deficiencias físicas o llegados a la ancianidad, constituyen el grupo que ofrece mayor peligro. Se mueven con muletas, o en sillas de ruedas, o con un muchachito o un adulto de cirineo.

De cuando en cuando aparecen los niños haitianos que piden dinero, casi siempre dirigidos por adultos que se encuentran en las cercanías de las esquinas donde procuran las dádivas.

Conductores y transeúntes tienden a reforzar este fenómeno porque compran los productos de los vendedores, en unos casos, y aportan ayudas a muchos de los que las piden, en otros.

Hay lugares, incluso, donde áreas verdes y aceras han sido ocupadas por los “mayoristas” de los productos que se expenden en las esquinas.

Pero las  autoridades sanitarias, municipales y policiales tampoco hacen nada, a pesar de que las primeras deben velar por la salud pública y atacar la falta de higiene que exhiben muchas de las “ventas”. En el caso de las autoridades municipales,  son las responsables de la estética y los servicios públicos de las ciudades, pero nada hacen para evitar el “afeamiento” que constituye el reguero de vendedores.

La Policía tampoco se da por enterada. Incluso, los agentes de la Amet conviven con ellos en las esquinas, traban amistades y nada hacen para evitar que obstruyan el tránsito.

Mientras, importantes vías del municipio Santo Domingo Este y de la Capital de la República se han convertido en mercados de vendedores que ofertan productos sin higiene, que afectan el normal desenvolvimiento del tránsito y que rompen la estética de la ciudad.

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