En toda relación de pareja llega un momento cuando los miembros desean compartir más allá de las visitas y salidas esporádicas, y es en ese preciso momento cuando se piensa en iniciar la convivencia.

Ya sea que decidan hacerlo mediante los sacramentos del matrimonio, o bien yéndose a vivir juntos, el inicio de la vida en común representa para cualquier pareja un verdadero reto, debido a los cambios que deben realizar ambos.

Para el psicólogo clínico Samuel Batista, toda pareja que decide empezar una unión sin restricciones y por convicción y deseos propios, entra en un mundo lleno de ilusiones y sueños esperando convertir estos en realidad.

“Los primeros meses se pasan minuto a minuto disfrutando las libertades de expresión, experimentando todo lo nuevo que trae la convivencia con otra persona y explorando los diferentes aspectos de los que no se habían percatado, todo con una alegría y un gozo que solo una pareja en amor podría definir apropiadamente”, asegura.

Batista explica además que la convivencia suele poner de manifiesto esos “pequeños detalles” de la otra persona que durante el noviazgo pudieron pasar desapercibidos, muchas veces por la misma ilusión.

“En el noviazgo, toda pareja pretende dar lo mejor de sí por su pareja, por tal razón, nos esforzamos por ser más para nuestras relaciones y buscamos cumplir con varios prototipos que identificamos”, dice Batista.

Marcar pautas. Durante los primeros meses de unión, es común que todo sea perfecto, pero cuando el amor deje de cegarle empezarán a salir algunos detalles que pueden poner en peligro la convivencia.

Para evitar esos “impases”, el especialista de la conducta considera que se deben marcar pautas desde el inicio, y así evitar que después haya malos entendidos. Entre esos parámetros, cita los siguientes.

Crear sus propias reglas. Medir y respetar los parámetros que se presenten en particular y en común, son medidas que aportarían a la estabilidad como pareja y, en ese aspecto, con solo mantener el respeto de estas reglas se estaría buscando un camino de entendimiento mutuo.

Mantener actividades recreativas activas. Todo el tiempo, ya sea con la familia, en comunidad y con amistades, lo importante es disfrutar en esos momentos, de manera conjunta e individual.

Las finanzas. Siempre es incómodo hablar de dinero, pero estas cosas es mejor dejarlas claras desde el principio. Hay que saber cómo van a pagar los gastos de la casa, si van a abrir una cuenta conjunta, si cada uno va a aportar en función de lo que gana… Ésta es una de las cuestiones más complicadas para las parejas. Deje claro desde el principio cómo van a organizar su economía y así no tendrán problemas desagradables en el futuro.

Establecer responsabilidades. Es importante estar bien seguros de los roles que se van a vivir en la relación, ya que es necesario compartir las tareas del hogar. Es por ello que se deben establecer responsabilidades, para de este modo hacer un reparto justo de las cuestiones del hogar.

Mantener su independencia. Una vez tomada la decisión de compartir el espacio con otra persona, se tiene que tener claro que esto no tiene porque significar perder la libertad. Ambos miembros de la pareja deben sentirse libres, sin ataduras, pero siempre respetando el compromiso que se asumió al momento de irse a vivir con el otro.

“No cabe duda que cuando las emociones y la felicidad de convivir en pareja se apoderan de nosotros, solamente queremos disfrutar de todo al máximo, pero es recomendable mantener estas indicaciones y pautas bien identificadas en cada momento”, concluye Batista.

ZOOM

¿Qué tomar en cuenta antes de…?

Antes de irse a vivir juntos, las parejas deben reflexionar sobre si están sincronizados en los mismos proyectos de vida, a corto, mediano y largo plazo. Además se debe estar consciente sobre el tipo de carácter de cada uno. Hacer una valoración sobre si son compatibles o no les ayudará a trabajar este tema antes de la unión en un único espacio, especifica Batista.