Una mujer bien vestida es aquella que logra que el vestuario y sus complementos armonicen de forma tal que puedan ofrecer una imagen agradable y apropiada en cualesquiera de los escenarios donde se desenvuelve. Para lograr ese objetivo, no necesariamente la ropa y los accesorios tienen que ser costosos, simplemente deben reunir las características específicas en cuanto a color, forma y estilo.

Cada ocasión requiere de un estilo diferente, de ahí que el mercado de la moda dé facilidades para acudir bien vestida a una actividad formal, semi formal, casual o deportiva.

Un traje para una fiesta en horas de la noche requiere de elementos especiales que permitan realzar al máximo la figura femenina. El tipo de tela, las piedras y el propio diseño se encargarán de dar ese toque fundamental para adecuarlo a ese momento.

El color negro es el rey de la noche, aunque pueden estar presentes en el armario tonos como el blanco, rojo y otras tonalidades impactantes. La tela en brillo dorado y plateado se convierten, además, en verdaderos aliados.

Para una ocasión casual el abanico es más amplio, más flexible, porque permite a la mujer un mayor rejuego de piezas. La temporada recomendará sus opciones que podrían ser acatadas o no por quienes deseen estar acorde con la moda.

Hace varios años que prima la tendencia de los vuelos, volantes y la asimetría que “encajan” perfectamente en lo que es la ropa casual, aunque también se observan con mayor sencillez y elegancia en las de gala y gran gala.

Dentro del estilo deportivo encontramos los pantalones cortos y largos, donde siempre reinarán los cómodos jeans, las blusas sencillas, camisas, T –shirts y polo shirts que se convierten en sus aliados. En esta área hay que citar también las faldas, bermudas y los frescos y divertidos vestiditos. La tela y textura serán un factor importante, dependiendo siempre del clima, que por lo regular para el trópico se usan los algodones, denin, crepé, sedas y jersey.