EFE.- Coquetear informalmente con colegas en el trabajo es relativamente inofensivo, no llega a ser acoso y puede ser beneficioso para los trabajadores porque aleja el insomnio, según mostró este lunes una nueva investigación de la Universidad Estatal del estado de Washington (WSU).
“Descubrimos que el coqueteo hace que las personas se sientan bien consigo mismas, lo que puede protegerlas de los factores estresantes en sus vidas como el insomnio, y animarlas si están lidiando con injusticias en el lugar de trabajo”, dijo Leah Sheppard, profesora asistente de WSU y quien tomó parte de la investigación.
“Incluso, cuando a los participantes de nuestro estudio no les gustó el comportamiento de su compañero en su afán por coquetear, no alcanzó el umbral de percepción de acoso sexual, ni produjo niveles de estrés, por lo que es un espacio conceptual muy diferente”, acotó la investigadora.
Sheppard, junto a investigadores de EE.UU., Canadá y los Países Bajos, examinaron el área de la conducta sexual social sin acoso, que incluye lo que los investigadores llaman “narración sexual».
En esta área se incluyen bromas e insinuaciones, así como el comportamiento coqueto, compuesto por miradas tímidas y cumplidos sobre la apariencia física.
Los investigadores trazan claras distinciones entre este tipo de interacción y los actos persistentes y no deseados de acoso sexual, que a menudo son perpetrados por quienes ocupan puestos de autoridad.
Ser objeto de acoso crea estrés, mientras que los investigadores descubrieron que ser el receptor del coqueteo puede aliviarlo.
Los autores del estudio cuestionan si las políticas recientes de tolerancia cero con respecto al comportamiento sexual en el lugar de trabajo están perdiendo perspectiva.
El estudio se refiere a políticas de empresa como el límite de poder mirar a un compañero durante cinco segundos si no se está debatiendo sobre algún tema laboral, vigente en Netflix, o la prohibición de NBC de compartir viajes en taxi entre colegas, así como pautas establecidas para abrazar a los compañeros de trabajo.
Tales prohibiciones, indica el estudio, pueden enviar el mensaje de que todas las formas de comportamiento sexual social, incluso las potencialmente beneficiosas, deben ser monitoreadas, controladas y castigadas.
Los gerentes, sin embargo, aprecian menos el coqueteo y según la pesquisa deben encontrar un equilibrio, evitando políticas demasiado restrictivas sobre el comportamiento social sexual, sin promoverlo o involucrarse en los mismos.
“Los gerentes deben tener cuidado al coquetear, especialmente con cualquier persona en un nivel inferior. Tan pronto como haya un desequilibrio de poder, se corre el riesgo de entrar en el dominio de lo que podría percibirse como acoso sexual”, indicó el estudio.