Corazón

Corazón

Finalizó febrero, mes del corazón, consagrado e instaurado por el eminente médico y filántropo Héctor Mateo, para inculcar a los damnificados el valor incomensurable que representa para el corazón y la salud caminar, el más sencillo y menos costoso de todos los ejercicios.

Caminar siempre se ha insistido, es el mejor y más completo de los ejercicios, concomitantemente con la natación, otro deporte de exiguo costo que sólo requiere de una trusa, o en lugares solidarios, hasta sin ella.

Esos dos ejercicios, permiten movilizar la totalidad de los músculos del hombre, y con ello, agilizar la circulación de la sangre, consiguiendo un funcionamiento perfecto de todos los órganos del cuerpo humano que reciben la bendición de una irrigación sanguínea pareja y sin ningún tipo de alteración química.

El doctor Mateo ha obtenido un consenso, algo muy raro en esta difícil sociedad, de que sus conciudadanos están contestes de los beneficios que para la salud representa ejercitar el cuerpo, caminar, el principal de ellos, nadar, correr o trotar, montar bicicleta, aunque sea estacionaria, pero mover los músculos y movilizar el torrente sanguíneo para beneficio óptimo de la salud, sin excesos ni forzar al organismo.

Personas hay que se exceden en los ejercicios, caminan dos horas, y diez y doce kilómetros diarios, y eso es un exceso, como ingerir más alimentos y bebidas etílicas que las que recomienda la prudencia.

Y siempre se ha insistido en que la naturaleza se cobra muy alto el precio de los excesos a que se le somete la imprudencia del hombre, porque hasta una pócima de veneno, si es poco, resulta inocuo. El asunto estriba en las cantidades.

En esa tesitura, también el doctor Mateo recomienda el uso moderado de los alimentos, haciendo énfasis en la advertencia del notable escritor francés Víctor Hugo, que profetizó: «La indigestión es la encargada de la naturaleza del predicar la moral del estómago».

Lo propio en las bebidas etílicas, una copa de vino diaria con el almuerzo, pero un litro de vino daña todo. El exceso, la imprudencia, es la causa de todos los males corporales.

Las prédicas insistentes del doctor Mateo han obtenido sus halagüeños resultados, y podemos apreciar en horas de la mañana y al caer la tarde, como miles de personas se desplazan por determinadas alamedas y paseos para caminar, ejercicio que aprovechan no pocos para conversar de negocios, «arreglar» el mundo político y económico del país, cachicehar defectos ajenos como si los que lo hacemos fuéramos perfectos, que esa sóla virtud se le atribuye al Nazareno.

Antes de la insistencia del doctor Mateo convocar a sus paisanos para que se ejercitasen caminando aunque fuese media hora diaria cinco veces por semana,era muy poco perceptible esa práctica, y el hecho de que se ha trocado en una novedad abrumadora, nos conduce a reflexionar que el marketing del doctor Mateo para con la salud de todos, ha resultado un éxito rotundo que no pocos mercadólogos seguramente han aprovechado para imitarlo y obtener beneficios en campañas de productos masivos.

La gratitud del pueblo dominicano para con el doctor Héctor Mateo no es, como se aprecia, de ninguna manera pequeña, algo que el notable ciudadano le tiene sin cuidado, resta importancia,no así como su prédica ha resultado altamente beneficiosa y positiva para sus paisanos, y ahí estriba su máxima satisfacción.

En el Mes del Corazón y siempre, honor a quien honor merece por habérselo ganado.

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