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Denominados frutos secos porque en su composición natural  tienen menos de un 50% de agua, los alimentos que como las almendras, las avellanas, el ajonjolí,  las castañas, las nueces, los pistachos y las semillas de girasol entran a esta categoría son unos excelentes aliados del buen funcionamiento del corazón. Y es que los frutos secos son alimentos muy energéticos, ricos en fósforo, hierro, azufre, vitamina B y  proteínas.

Dentro de los beneficios que dan al sistema coronario y a la salud en general están los siguientes.

Protectores del corazón

Recientes estudios en nutrición han constatado que consumir nueces, avellanas y almendras reduce el nivel de colesterol malo, y controla la glucosa y la hipertensión, tres de los factores de riesgo más importantes de las enfermedades cardiovasculares.

Poderosos antioxidantes

Los frutos secos impiden la liberación de radicales libres, protejen del el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, el deterioro cognitivo y el envejecimiento.

Vigilantes del azúcar

Estudios recientes han desvelado que aquellas mujeres que consumen frutos secos cinco veces a la semana presentan menor riesgo de diabetes tipo 2 que aquellas que nunca comen estos frutos. En  la relación directa con una reducción del colesterol permitían prevenir la diabetes.

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No engordan

Contrario a lo que se piensa, diversos estudios han demostrado que, tomados con moderación, los frutos secos no engordan. El mecanismo que explica estos resultados son que parte de sus grasas no se absorben por el organismo y se eliminan por las heces.