Parece mentira que hoy tenga que escribir sobre la etiqueta en tiempos de coronavirus. Insólito. Con el mundo de cabeza implementando cambios frente a esta pandemia, la etiqueta y el protocolo han dicho presente. El COVID-19 nos obliga a poner en práctica una “etiqueta de distanciamiento” que promueve la cortesía sin ponernos en riesgo de un posible contagio.
¿Rechazar un saludo con contacto físico o acatar las recomendaciones de alejamiento para no exponerse al contagio? Todos hemos dudado, pues faltar a las normas de cortesía nos coloca en una situación incómoda, pero es momento de cuidarse y de practicar otras formas de cortesía o afecto para atenuar el distanciamiento.
Hablemos sobre distintas situaciones que tienen que ver solo con la cortesía y el saludo.
La distancia al conversar debe ser mayor. Mantén una distancia de 5 a 6 pies al conversar con otra persona. Esta distancia te permite mantener una conversación sin riesgo de contagio, pues, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las gotículas procedentes de la nariz o la boca, al toser o estornudar, alcanzan un metro (un poco más de 3 pies).
Aumenta la simpatía y la sonrisa. Este será el antídoto perfecto ante la nueva demostración de afecto a larga distancia.
El saludo. Normalmente, tener las manos “escondidas” es descortés, pero la etiqueta se ha adaptado y esta forma de saludo forma parte de la improvisada nueva etiqueta del coronavirus.
Para el entorno profesional se recomienda:
1. Inclinar la cabeza con la mano derecha puesta en el corazón mientras se dice una frase de cortesía.
2. Saludar con contacto visual, una sonrisa, una frase de cortesía con entusiasmo y mantener las manos agarradas detrás de la espalda.
Para un entorno más informal, vemos otras formas, como: tocarse solo los pies, agitar las manos en el aire, un toque breve de codos, choque de puños, tirar besos al aire, entre otros.
Qué hacer cuando te ofrecen la mano y no deseas estrecharla o saludar con un beso
Ante la situación incómoda de rechazar un estrechón de manos, recomiendo decir: “Gracias, pero no deseo poner en riesgo tu salud”. Decirlo de esta forma hará ver tu deseo de prevención. Si el rechazado eres tú no lo tomes a mal, todos deseamos protegernos.
Qué hacer si no puedes negarte a estrechar la mano. Luego de estrechar la mano, comparte con la persona saludada unas gotitas de gel antibacterial (para esto debes cargar un frasco pequeño en el bolsillo o en la cartera) y de manera cortés le dices que para proteger la salud de ambos acatas las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Cuídate, esto pasará pronto. Mientras tanto, practica tu cortesía, buenos modales y afecto a larga distancia, pero con mucho corazón.