La ansiedad de por sí se ha convertido en una epidemia, esta se generaliza cuando hay una crisis mundial, como el caso de las pandemias. En estos momentos el coronavirus o Covid-19 nos lleva a enfrentar nuevos desafíos, retos y miedos; pero a la vez nos presenta una nueva oportunidad para crecer como seres humanos.
La cuarentena es una palabra que se utilizó en Italia, Venecia en 1127, como respuesta a la peste negra. El llamado a cuarentena se refiere a una restricción de movimientos, situación que con el paso de los días puede resultar displacentera, aun para los que aman estar en el hogar, ya que esto implica una separación de su libertad, de ir y venir según lo requiera el estado emocional, incluso puede resultar ser una privación de necesidades personales; sin embargo, es necesaria para evitar el contagio de una enfermedad pandémica, tal como es el caso del coronavirus.
Saber que debes quedarte o que te impongan quedarte un tiempo determinado, sin libertad de movimientos, puede generar cierto grado de estrés o frustración, aún para aquellos que entiendan la necesidad y que perciban que es una medida atinada; pero mucho más para aquellas personas que no comprendan o estén en desacuerdo y se les impongan por la fuerza pública.
La cuarentena no sólo implica la restricción de movimientos, sino también la separación de personas que queremos, ya que nos vemos impedidos de verlos y compartir con ellos.
Algunos efectos de la cuarentena pudieran ser los siguientes:
-Estrés agudo e irritabilidad; sobre todo en aquellos a quienes más les gusta o necesitan salir de casa con frecuencias, puede sobrevenirles sensación de ahogo por la pérdida de la libertad para desplazarse.
– Insomnio al develarse por las preocupaciones propias de la enfermedad o miedo a perder algún ser querido, temor a la escasez de productos de primera necesidad, incluso a una posible crisis financiera.
-Ira o enojo al no poder controlar la situación y no tener una solución al problema.
-Disminución de la concentración en las actividades diarias, pues sería natural que tu mente este solo pensando en la gravedad del problema.
-Indecisión y confusión, ya que al ser algo nuevo que la mayoría desconocíamos, cada día surgen nuevas informaciones sobre el tema, lo cual puede llevarnos a la incertidumbre de no saber qué hacer ni qué creer.
-Nerviosismo y tristeza por un temor natural a la muerte propia o de un ser querido.
-Depresión o ansiedad, por miedo a contraer el virus, no tener acceso a servicios básicos o de primera necesidad como comida, agua, o al tratamiento y/o medicamento adecuado para combatir la enfermedad producto de la gran demanda generada por la crisis.
-Estigma o rechazo colectivo al saber que alguien padece la enfermedad, pues es normal que queramos protegernos, pero sin crear una histeria colectiva. A veces inconsciente o conscientemente se tiende a rechazar al enfermo por temor al contagio.
-Miedo a la crisis económica que una situación como esta trae durante la pandemia o hasta que este normalizada la situación y surge el temor al futuro.
-Sentimientos de culpa al querer colaborar, ayudar y sentir que no tenemos los recursos para hacerlo.
Las personas más vulnerables en este tipo de situaciones que involucra la parte emocional son:
-Las que tienen un bajo nivel educativo, pues la falta de conocimientos los lleva a ser más vulnerables de sufrir la enfermedad, ya que tienen más dificultades para entender y seguir las instrucciones e interpretar la magnitud de la situación.
-También las mujeres son más vulnerables, pues están más expuestas al cuidado de la familia y se sienten con la responsabilidad de atender a cada miembro del hogar.
-El personal médico y de la salud por su exposición frecuente a esta realidad, con el agravante que dejan de pensar en sí mismos y arriesgan todo por salvar la vida de los pacientes.
-Las personas con antecedentes mentales, ya que muchas veces les cuesta asumir la realidad.
-Los jóvenes, pues son los que más sufren la falta de su libertad.
-Los envejecientes , pues son los más vulnerables a que las enfermedades de manera general tengan más efectos en su salud, dada las condiciones y complicaciones que de por sí tienen debido a la edad.
Recomendaciones
-Entender que estar bien informado es clave, ya que sin las informaciones pertinentes las personas no entenderían qué medidas tomar y el porqué de las mismas.
-La comunicación debe ser clara, precisa y asertiva, por eso es importante informarnos de fuentes oficiales y acreditadas tanto a nivel internacional como local, para asegurarnos de que las informaciones recibidas e impartidas sean reales y fiables.
-Cumplir con las recomendaciones de los organismos internacionales como medidas preventivas.
-Concientizar y enfatizar la elección altruista de autoaislamiento.
-De ser llamado a cuarentena, acatar la orden.
-Concientizar a nuestras familias, especialmente a los mayores, a los más pequeños o a los que más se les dificulte asumir la realidad y las instrucciones.
-Abastecerse de los artículos básicos necesarios y suficientes, sin hacer compras compulsivas de cosas que luego no vas a necesitar.
-Tomar un descanso de las noticias, ya que el leer y escuchar el día entero de este tema generar un estrés que no podrás manejar, trata de hacer ejercicios aunque sea en casa, yoga, ejercicio de respiración, pon una música que te anime o relaje.
-Aprovecha esta oportunidad para crear un vínculo más íntimo y asertivo con tus hijos y demás miembros de tu familia.
-Medita, ora, habla con Dios, y saca tu propio aprendizaje de la situación, que de lo que debemos aprender de esto.
-Abstenerse de salir innecesariamente.
– Saque su parché, dominó, busque películas, buenos libros para compartir con los miembros de su familia que viven con usted.
-Absténgase de visitar sus familiares y amigos, ya que en estas situaciones es mejor apropiase de los recursos tecnológicos, tales como video- llamada y los demás canales tecnológicos de comunicación existente.
-Activar nuestra red social por las redes móviles, esto nos permitirá estar comunicados con nuestros seres queridos.
– Creación de una línea de asistencia telefónica psicológica de soporte emocional a las familias de los enfermos y una línea de ayuda psicológica para los que la pandemia le genere estrés.
Oportunidades
-Analizar qué debemos aprender de esta crisis que nos llegó sin buscarla ni esperarla.
-Aprende a cuidarte no sólo por ti sino también por los demás.
-Desarrollar la solidaridad, compartir la información que tenemos, suplir y compartir con los más necesitados.
-Aprender a tener calma en medio de la tormenta, pensar antes de actuar pues la confusión será parte del proceso.
-Oportunidad para valorar lo que tenemos.
-Recordar que en este tipo de situaciones habrá quienes quieran aprovecharse de las circunstancias.
-Valorar las actitudes positivas de quienes en este momento están siendo solidarios.
-Para nosotros los creyentes es una oportunidad de reflexionar, un espacio para que crezca nuestra fe y ejercitar la paz. . La autora es psicóloga y educadora, directora y fundadora de MLC SCHOOL Twiter: @MLC_Schoolrd @SVirginiaP Instagram: @pardillavirginia