MANUEL QUIROZ 
En medio de la alerta a nivel mundial por un nuevo y mortal coronavirus, producto de una mutación que mantiene perpleja a la comunidad médica y científica a nivel global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha demostrado con rápidas y concretas medidas, que no es un organismo meramente burocrático, sino capaz de enfrentar grandes desafíos como el que plantea para toda la humanidad este virus surgido en China.
Mientras el gigante asiático y las naciones donde se han comenzado a registrar casos sospechosos o confirmados de la terrible enfermedad comienzan a adoptar previsiones de acuerdo a sus posibilidades, la OMS ha hecho bien al convocar a la comunidad científica internacional a una reunión en Ginebra, Suiza, para tratar de hallar un tratamiento efectivo que evite más muertes.
Se trata de un laudatorio esfuerzo que merece amplio respaldo y como su ejecución requiere de grandes recursos, el organismo ha pedido 675 millones de dólares para financiar su plan de lucha, que incluye ayudar a los países menos preparados para afrontar el virus si este llega a sus respectivos territorios.
Como no puede cruzarse de brazos mientras espera esos fondos y la mortal enfermedad respiratoria avanza no solo en China, sino en otras latitudes del orbe, aunque afortunadamente aún de forma no significativa, la organización ha destinado 9 millones de dólares de sus recursos de emergencia para la compra de medio millón de mascarillas, 350,000 pares de guantes, 40 mil aparatos respiratorios y 18,000 unidades de aislamiento para enviar a veinticuatro países
Otra iniciativa a la que la OMS ha prestado especial atención y énfasis, ha sido en su llamado a evitar que se extienda el pánico, diciendo que “no es el momento de propagar el miedo o el pánico, sino de mirar hacia adelante y actuar”, según palabras de su director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Es necesario mantener alerta a la población para fortalecer los programas preventivos con apoyo de un flujo constante de informaciones confiables que no den cabida a rumores, especulaciones y datos alarmistas propalados por personas irresponsables que ahora usan el coronavirus para dar rienda suelta a su febril imaginación a través de las redes sociales.
Una de las mayores preocupaciones de la OMS se enfoca a evitar que el virus llegue a naciones con sistemas sanitarios deficientes, que de ser afectadas tendrían serias dificultades para frenar su propagación, lo que una vez más ha venido a subrayar las carencias y peligros, además de las desigualdades sociales en los llamados países del tercer mundo.
En un mundo que ya no es solo aldea global en términos de las comunicaciones, sino también por los viajes, el turismo y los intensos flujos migratorios, ya nada puede ser ignorado cuando se trata de males y enfermedades que pueden propagarse, por más distante que sea el lugar donde se han originado.
Consciente de esa situación, la directora del área de preparación para urgencias Infecciosas de la OMS, Sylvie Briand, ha mantenido junto a su equipo una teleconferencia con representantes de la industria aérea y del turismo para conocer su percepción del problema y guiarlos en las medidas más adecuadas.
En ese sentido, es de suma importancia que los ciudadanos y las autoridades dominicanas sigan atentos a las informaciones sobre el coronavirus y fortalezcan los mecanismos de prevención para evitar que pueda penetrar al país.
A las autoridades de salud en la República Dominicana les corresponde junto a otros organismos, aplicar controles en puertos y terminales aéreas, además de aplicar los protocolos de aislamiento y cuarentena de rigor y cosa muy importante, no ocultar ninguna información que deba conocer el público.
