Lo impredecible en transmisión de virus en un mundo de activa interconexión obliga poner amplitud a la prevención y propósitos de aislamientos trazados ya como objetivos contra una infección de reciente aparición. Otros ataques a sistemas respiratorios acechan o tienen efectos en territorio dominicano actualmente. Procede medir e identificar las variedades del mal que están llevando a muchas personas a consultas en hospitales y clínicas. El perfil epidémico que mostrarían las gripes de apariencia común que proliferan debe darse a conocer al país. Crear en la gente plena conciencia de lo que esté manifestándose a causa de gémenes que se esparcen. Poner cuidado en el manejo de casos diagnosticados con énfasis en ancianos, niños y pacientes de condiciones prexistentes que agravan estados.
Tomar en cuenta las recomendaciones de prevención al contagio que tienen que ver con la higiene y el aire que se respira. Salud Pública debe activar la aplicación temprana de tratamientos antivirales para evitar peores consecuencias; incluyendo en las gestiones de protección toda afección respiratoria. El Gobierno no falla en generar publicidad de autoalabanza e hipérboles para sus metas partidarias de permanencia en el poder. Conviene que con versatilidad y sentido común vuelque parte de su caudal publicitario hacia el fin social de motivar a la ciudadanía a reaccionar constructivamente ante enfermedades.
Hacia tratos justicieros
En correspondencia con los reclamos de estricto cumplimiento del deber y competencia profesional que se formulan a los médicos, es ineludible rodear de dignidad sus ejercicios mediante compensaciones apropiadas, integración junto a sus familias a coberturas de salud y garantías de ingresos suficientes al pasar a retiro. El feliz arribo a un acuerdo entre el Gobierno y el Colegio encabezado por el doctor Waldo Ariel Suero va en una dirección de trato justo.
El Estado debe distinguirse por el buen comportamiento patronal y por ser ejemplo de empleador que reconoce los méritos e importancia de las funciones que encarga a determinados recursos humanos. En sentido contrario, el Erario no debe ser utilizado para prodigar en privilegio sueldos altos que en casos denunciados chocaban con leyes que rigen la administración pública.