¡Corran a los salvavidas que llegó el cambio!

¡Corran a los salvavidas que llegó el cambio!

Horacio

Sin titulo 3

A los gobiernos les desagradan los chirridos (ruido mediático) cuando es su «aplanadora» la que es lanzada aparatosamente a los pasillos de las sedes oficiales a dejar sin sueldos a miembros de la burocracia.

Prefieren que ese inevitable lado siniestro de su razón de ser o génesis de las conquistas del poder salga a la luz después que transcurra la «luna de miel» con el pueblo que comienza los 16 de agosto y suele durar poco.

En algún momento el recién pasado activismo de los súbditos que arriban pasa a ser reconocido como deuda a pagar con cargo al Erario. Aunque tarde en activarse. siempre aparece la guillotina terrorífica que destrona a miles de usufructuarios de la bandería anterior.

En nuestra cultura, una unión conyugal equilibrada es aquella que por flechazo de Cupido injerta ecuménicamente a polos opuestos (tu con Peña y yo con Balaguer) en demostración de que el amor puede tender puentes que superen contradicciones políticas.

El resultado de esa coexistencia pacífica, y hasta constructiva humanamente, es una descendencia lista siempre para caer parada por alguno de sus lados sin importar el contenido de las urnas.

El hecho de que el expresidente Leonel Fernández y la exvicepresidenta Margarita Cedeño quedaran hundidos en la oposición al unísono, pero navegando en barcas diferentes, constituye una de las tantas excepciones a las reglas que aparecen en este mundo.

Conozco descendientes de libaneses, de parentesco con el poder actual incluso, que hará poco pasaron a las trincheras de oposición de las que proviene esa otra rama de la estirpe a la que llegó su turno. Sus días de gloria expiraron solo en términos personales. Para los apellidos, amigos y relacionados, la buena suerte sigue.

En sus vecindades, muchos dominicanos pueden estar coincidiendo patio con patio, en compadreo, pero con calidad de rivales políticos que se alternan en los roles; cuando unos llegan al cuatrienio en que los sacan drásticamente del presupuesto (a título de botella o lo que sea) a otros les toca recoger los frutos que generan los verdugos a cargo del chapeo que barre plazas para nuevos ocupantes.

Tiene que joderse alguien para salvar del desempleo o hacer ascender a riquezas a otro que se «fajo» en campaña. Es la ley no escrita que han impuesto los políticos.

Se vive de tráficos y relaciones y no pocas veces un opositor bien conectado con los liderazgos que acaban de ascender encuentra una tabla de salvación para la conservación del puesto. «A ti no te van a botar, olvida eso. Lo digo yo». Allí donde se ha estado ganando la comida ese que cae en gracia sin ser oficialista, habría cantidad de individuos que no tendrían semejante suerte. No les faltarán cables listos para comer.

Roldán, mi amigo prestamista, es de una glacial neutralidad. Apático la más de las veces con cosas que tengan que ver con política. -Yo gano como quiera- me dijo un día, feliz de mantener buenas relaciones con mansos y cimarrones. Simplemente, la capacidad de enredarse económicamente de sus prójimos, le garantiza una clientela multicolor sin importar quién esté en La Silla.

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