Quito, (EFE).- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, tildó hoy de «muy malo» el resultado de la cumbre de cambio climático de Cancún, que terminó con un acuerdo que coloca bajo el paraguas de Naciones Unidas los esfuerzos de los países más contaminadores para reducir las emisiones de gases.

«Son muy malos resultados», dijo Correa en su discurso de inauguración de la reunión ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en Quito. «Muy pequeños, absolutamente insuficientes avances.

No podemos esperar mucho más», indicó el presidente ecuatoriano, que estuvo esta semana en la ciudad mexicana de Cancún para participar en la cumbre. El mandatario dijo que el problema es que «los países hegemónicos son los contaminadores».

Correa presentó a los otros 11 miembros de la OPEP el proyecto ecologista Yasuní-ITT, que pretende mantener sin explotar 846 millones de barriles de petróleo en la Amazonía. A cambio de dejarlos bajo tierra, pide a la comunidad internacional aportaciones de 3.600 millones de dólares. Hasta ahora, el único país que ha dado una contribución significativa es España, con un millón de euros este año, y Ecuador quiere convencer a las naciones petroleras de que apoyen financieramente el proyecto.

Los más de 190 países que asisten a la Cumbre de Cancún adoptaron, con la reserva de Bolivia, un acuerdo por el que aplazan el segundo período de vigencia del Protocolo de Kioto y aumentan la «ambición» de los recortes de emisiones. El acuerdo logrado en Cancún abre la vía a la creación de un Fondo Verde Climático (GCF, por su sigla en inglés) dentro de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático que contará con un consejo con veinticuatro países miembros. EFE