Correa denuncia que su  familia fue amenazada durante la sublevación

Correa denuncia que su  familia fue amenazada durante la sublevación

Quito. EFE. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, denunció ayer  que su esposa e hijos recibieron mensajes en sus teléfonos con amenazas mientras él estaba atrapado el pasado jueves en un hospital en medio de la crisis que estalló con la protesta de policías en contra de la eliminación de incentivos profesionales.

Correa comentó que cuando estaba «retenido en el Regimiento Quito y luego en el hospital policial, para que vean que todo esto fue preparado, enseguida mandaron mails a los teléfonos de mis hijos, de mi esposa diciéndoles ‘ya vamos por ustedes’. Los tuvieron que evacuar y llevarlos a un lugar seguro».

La revelación la realizó durante su informe semanal de labores, que aprovechó para agradecer el apoyo de su esposa, la belga Anne Malherbe, y a sus hijos Sophia, Dominique y Miguel.

Se solidarizó también con el sufrimiento de los familiares de los ministros, funcionarios y allegados que estuvieron con él en el hospital, entre ellos el canciller, Ricardo Patiño, y el ministro del Interior, Gustavo Jalkh. «A nuestras familias, muchísimas gracias, sabíamos que el camino no estaba lleno de rosas, pero les insisto, no sabemos si tenemos el derecho de hacerlos sufrir tanto, en todo caso, muchísimas gracias por ese apoyo sin el cual no estaríamos aquí, no podríamos continuar», señaló.

El pasado jueves, Correa quedó atrapado en un hospital de la Policía después de visitar el vecino Regimiento Quito, donde cientos de policías de tropa iniciaron una protesta en rechazo a la eliminación de incentivos profesionales. Según Correa, durante la crisis fallecieron un soldado, un estudiante y dos policías. Asimismo indicó que un miembro de un grupo de operaciones especiales del Ejército está en estado crítico y «tiene muerte cerebral».

Liberan a tres coroneles

Un juez ecuatoriano liberó ayer  a los tres coroneles que fueron detenidos, preventivamente y con fines de investigación, por la crisis desatada el pasado jueves tras la sublevación de policías de tropa en rechazo a la eliminación de incentivos profesionales. Marco Freire, fiscal de la provincia de Pichincha, cuya capital es Quito, indicó telefónicamente a Efe que el juez, luego de argumentar varios aspectos jurídicos, «les sustituyó la medida: en vez de la prisión preventiva, les dio no ausentarse del país, presentarse cada quince días y prohibición de enajenar bienes».

Freire apuntó que pese a la liberación, «la instrucción sigue» y se les está investigando «por todos los incidentes de insubordinación que hubo el día jueves». El jefe de Estado, Rafael Correa, denunció que la sublevación del pasado jueves fue manipulada por interesados en desestabilizar la democracia y en asesinarlo.

Los tres coroneles de la policía de Ecuador, ahora liberados, fueron los primeros arrestados por la sublevación durante la cual policías rebeldes mantuvieron retenido a Correa, durante casi todo el jueves en un hospital a donde llegó tras intentar dialogar con los policías de tropa en protesta.

El mandatario fue liberado por un contingente de militares y policías de elite fieles al Gobierno.

Pide mirar al futuro

Correa pidió ayer  a sus compatriotas mirar al futuro y confiar en la Policía tras la «emboscada» política que, a su criterio, usó a policías «desinformados» para intentar desestabilizar a su gobierno y matarlo. En su informe semanal de labores, recapituló los hechos del pasado jueves y señaló que llegó al Regimiento Quito para explicarles a los policías de tropa que protestaban sobre la ley de servicio público, pero que estos le impidieron entrar, ante lo cual insistió.

«Había infiltrados, ahí estaba Fidel Aráujo, de Sociedad Patriótica (partido político de Lucio Gutiérrez)», comentó al apuntar que se dieron cuenta que era una «emboscada», que habían caído en una «trampa política».

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