Corrección necesaria

Corrección necesaria

Mi buen amigo Francisco Antonio Avelino, después de elogiar el sentido general de mi escrito titulado “Las guerras chiquitas”, corrige un error que cometí al referirme a las guerras cubanas de independencia. La “Guerra Grande” tuvo lugar entre 1868 y 1878; terminó, en la Paz de Zanjón, con una derrota para los cubanos; la “Guerra Chiquita”, de 1879 a 1880, fue la continuación fracasada de la “guerra de los diez años”. El general Calixto García fue figura principal de este esfuerzo independentista, junto al general Guillermón Moncada. La guerra del 95, la que organizó José Martí y peleó Máximo Gómez, concluyó en victoria en 1898. Se le llama “la guerra final”.

El general Calixto García fue un autodidacta que se integró a la “Guerra Grande” en zonas contiguas a la ciudad de Holguín. En 1874 García fue sorprendido, con poquísimos hombres, por las tropas españolas. Peleó hasta agotar las municiones; antes de caer prisionero “prefirió el suicidio”. Se hizo un disparo en la boca sin lograr matarse. Gravemente herido, fue apresado por los soldados extranjeros. Los médicos militares españoles le salvaron la vida. Le trasladaron a España en calidad de preso político. La bala entró y salió sin dañar ningún órgano básico del cerebro. Después de cinco años, pudo salir a los EUA, para luego entrar al servicio de su país en la guerra final.

Como todos saben, en 1898, la guerra entre los EUA y España le hizo perder al antiguo imperio sus últimas colonias: Puerto Rico, Cuba, Filipinas. La historia de Cuba está ligada a ese encuentro entre una potencia naciente y otra declinante. Su proximidad geográfica con los Estados Unidos, en la boca del golfo, convierte a Cuba en un punto estratégico en el centro del archipiélago antillano. Todavía hoy subsiste la base militar norteamericana de Guantánamo.

La flota del almirante Pascual Cervera pereció en la bahía de Santiago de Cuba; la Enmienda Platt fue “un apéndice” a la constitución cubana impuesto por EUA; la crisis de misiles, en 1962, es otro ejemplo de grandes potencias que influyen en la historia de Cuba. La fotografía de Putin con Fidel Castro en La Habana, condonando una vieja deuda con Rusia, reafirma esa influencia.

 

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