Las noticias alusivas a la violencia de género son cada vez más frecuentes, escandalosas, escalofriantes y abominables, aquí y en el planeta, concerniente a nuestro país, las autoridades, comenzando por el Poder Judicial y el Congreso Nacional, no implementan mecanismos jurídicos en defensa de las mujeres, abandonadas a la violencia de sus víctimas.
El lúgubre y aún sin correctivos eficaces para frenar en seco la violencia de género, urge redactar un marco referencial de seguridad para la mujer.
Al momento de redactar este trabajo, este año 71 mujeres fueron asesinadas por sus parejas, sobre todo, exparejas.
El caso adquiere la condición de pandemia, más que el SIDA, dengue, influenza europea pulmonar, comprobando que en nuestro país 357 mujeres fueron asesinadas por sus parejas en los últimos cuatro años, y en ese lapso, 16,132 mujeres en AL, 1,011 Brasil, 745 México, 709 Colombia, 458 El Salvador, 386 Honduras, 3l4 Guatemala, 286 Argentina, 275 Venezuela, 131 Perú y 122 Chile.
Primero. Ausencia de un programa educativo diseñado y difundido por psiquiatras y sicólogos, concientizando al hombre que la mujer es una compañera, no una propiedad, un objeto, sino la rectora del hogar, y cuando la mujer decide suspender una relación, debe ser respetada y acatada por su pareja.
Segundo. Suspender los arreglos cuando una mujer decide terminar relación. No es no.
Tercero. Coerción de un año al hombre cuando mujer decide suspender relación.
Cuarto. En caso de feminicidio, condena sin apelación 30 años de prisión. Un solo juicio.
Un feminicidio no requiere otro juicio.
Esas providencias, urgentes, no ameritan albergues de protección a la mujer.
Las leyes, que no las hay, serán sus protectoras.
El Congreso Nacional tiene el reto histórico de proteger a la mujer con estas leyes, frenando la pandemia infamante de los feminicidios.