WASHINGTON.  AP. Las denuncias de una “cultura de corrupción” que tan efectivamente usaron los demócratas contra los republicanos en el pasado se han convertido en un boomerang que golpea al gobierno de Barack Obama y al nuevo Congreso dominado por los demócratas. El senador de Illinois Roland Burris acaba de engrosar las filas de figuras del oficialismo manchadas por sospechas de corrupción.  

Los demócratas del Senado aceptaron a Burris porque le creyeron cuando dijo que estaba limpio. Pero Burris admite ahora haber tratado de recaudar dinero para el gobernador de Illinois Rod Blagojevich, a quien se acusa de haber tratado de vender la banca dejada vacante por Obama en el Senado.   “La historia parece cambiar todos los días”, expresó el líder de la mayoría senatorial Harry Reid.  

El caso de Rangel

El presidente de la Comisión de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, Charles Rangel, de Nueva York, está siendo investigado por la Comisión de Etica en relación con la recaudación de fondos para un centro universitario, la financiación de una propiedad en la República Dominicana y sus declaraciones impositivas.