El doctor Pedro Gil Iturbides condenó la enseñanza impartida por los docentes actuales tras considerar que no se preocupan por el aprendizaje de sus alumnos sino en los beneficios económicos que recibirán por sus funciones.
Para él, la falta de vocación existente en los profesores actuales constituye uno de los mayores problemas que afecta al nivel de conocimiento que deben adquirir los estudiantes, siendo cada vez más deficientes.
En una entrevista para el programa radial «Revista Dominical Dejando Huellas», producido por Onorio Montás, Gil Iturbides, quien se desempeñó como secretario de Estado de Educación durante el gobierno de Joaquín Balaguer señaló que durante la dictadura de Trujillo, únicamente podía desempeñarse como maestros quienes tuvieran una verdadera vocación por enseñar.
Explicó que existía un sistema de formación de profesores en el que no sólo se enseñaba amplios conocimientos sobre las materias que se deberían impartir, sino que también se encargaba de despertar la vocación en los individuos.
Señaló que desde el octavo grado se comenzaban a aplicar estudios psicológicos en los alumnos para determinar si podrían dedicarse a esta labor y, posteriormente, los resultados eran entregados al régimen.
A través de este sistema en el país surgieron profesores que se han ganado el reconocimiento de la población gracias a su preparación y los valores que inculcaron a sus estudiantes.
Un ejemplo de esto es el caso de la maestra Amade Ligia Melo de Cardona, quien impartió clases a Gil Iturbides durante su juventud y que a la fecha cuenta con la admiración de todos los que fueron sus aliumnos debido a su desempeño profesional.
“De alguna manera hay que retornar a la escuela de formación que forjó profesores como la propia Ligia y otros centenares y miles que conocimos que eran profesores de una formación envidiable, pero sobre todo porque se preocupaban por sus alumnos”, afirmó.
Por esta razón, mientras se desempeñó como profesor universitario para estudiantes de nuevo ingreso de la carrera de Educación, el exsecretario hizo lo que estuvo en sus manos para despertar la vocación de los jóvenes que habían decidido dedicar su vida a la enseñanza.
Durante el conversatorio, el profesional contó que en su época como Secretario de Estado de Educación, el sector educativo empezó a verse afectado por la corrupción que a su parecer, cada vez se hacía más notoria.
A pesar de comunicarle a Balaguer los acontecimientos, Gil Iturbides narró que el mandatario nunca prestó especial atención a sus denuncias que iban desde la sobreventa de butacas en las escuelas con el objetivo de desviar los fondos para ser distribuidos entre las autoridades del plantel hasta la presión pública en los medios de comunicación buscando presionar a la secretaría para que acceda a sus peticiones.
Por este motivo, el doctor decidió renunciar a su cargo y dedicarse a explorar otras facetas y áreas de interés, hasta que tres años después ante una solicitud para el programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo se realiza una auditoría en la que se lleva a la justicia a un subsecretario de Estado y a varios de los funcionarios de los niveles administrativos de la Secretaría de Estado.
En el expediente figura que la entonces secretaria de Estado estaba incluida en el grupo de personas que fueron llevadas a juicio, sin embargo, según detalló Gil Iturbides, este caso se manejó internamente para evitar las fuertes reacciones que provocaría la población.
Ante estos acontecimientos, recibió una llamada de Balaguer en la que le pidió asistir a una reunión en el Palacio Nacional.
“Cuando eso ocurre él quiere que yo retorne a la Secretaría, pero ya no quise porque me había resentido con su ignorancia sobre mis planteamientos y pese a que en dos ocasiones me insistió en que volviese me negué”, relató.
Contó que durante el encuentro.