Corrupción (pública y privada) vs. desarrollo

Corrupción (pública y privada) vs. desarrollo

Cada año se está pendiente del anuncio de la ONG Transparencia Internacional de su “ranking” mundial sobre corrupción en más de 100 países que la misma estudia y analiza para ver en qué posición quedó una u otra nación. Es lógico que inmediatamente se piense en la responsabilidad institucional que la aúpa y la consiente con lo cual el mal sigue siendo creciente y el mal ejemplo impune estimula su comisión a unos y otros. Sin embargo, no olvidemos que la corrupción se manifiesta igualmente en los sectores públicos y privados. El funcionario que roba, de una u otra forma (hay mecanismos solapados) es corrupto; cuando se le paga a un agente institucional para garantizar un servicio u obtener un “favor” que no tocaba, tanto uno como el otro son corruptos; cuando un empresario o empresa paga para exonerarse del pago de impuestos, aduanales o no, que le correspondía o para beneficiarse con un contrato por el que debía competir en buena lid, son corruptos igualmente el que cobra como el que paga. Tanto uno como otro debiese ser sancionado. Hay sociedades en que uno de los delitos más grave en que puede incurrir un individuo es la evasión de impuestos. En esta sociedad impuesta en el mundo donde la posesión material y el “tener” a toda costa se entiende válido, siempre va a existir la ambición desmedida tentando a los individuos para el enriquecimiento ilícito. Solo la sanción legal y moral donde el sistema de justicia y la sociedad condene y reproche puede imponer un freno. La impunidad es peor que el acto corrupto en sí mismo.
La corrupción lastra tanto la moralidad de la sociedad como las posibilidades de desarrollo. Hay una relación inversa entre corrupción y desarrollo: a más corrupción menos desarrollo. Tanta corrupción es la que exige pagos para conceder privilegios como el tráfico de influencias para lograrlos o las artimañas para evadir el pago de impuestos. Para instituciones de ONU la corrupción es el peor obstáculo para el desarrollo socio-económico. Según el Banco Mundial, anualmente el mundo “en desarrollo” pierde de 20 a 40 mil millones de dólares por la corrupción. Esta es uno de los principales enemigos del desarrollo porque lastra el clima de negocios e inversión, lo distorsiona, corroe todo el sistema. Mientras más corrupta una sociedad, menos avanza porque corroe el sistema político. El soborno es inconsistente con el desarrollo.
Las sociedades corruptas son el paraíso buscado por las organizaciones criminales porque están disponibles funcionarios y políticos comprables. Un estudio de Transparencia Internacional en el 2013 en 105 países mostró que el sector visto como más corrupto fueron los políticos con un 51%; seguido por la policía con 36%; el poder judicial recibió un 20%; los funcionarios públicos y sistema legislativo un 7% cada uno; servicios de salud 6%; medios de comunicación 4%; instituciones religiosas 3% y empresa privada 2%. En 95 naciones el 25% de la ciudadanía pagó sobornos a organismos públicos; de acuerdo con el Banco Mundial, diariamente se pagan 1 300 millones de dólares en sobornos relacionados con contratos con el Estado.

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