Corrupción y educación ciudadana

Corrupción y educación ciudadana

En las variables que se toman en cuenta para el combate de la corrupción en una sociedad, se ha determinado que juega un papel de capital importancia el comportamiento de  los ciudadanos con relación a este mal.

¿Qué actitud asumimos  cuando estamos ante un caso de corrupción?

Según los estudios de sondeos  en el país, los dominicanos se muestran muy vulnerables o débiles frente a este problema social.

Se recuerda que en  2007, la encuesta Gallup dio a conocer que la pequeña corrupción en el país significaba una inversión extra de más de seis mil millones de pesos para los hogares.

Esta condición se ha dado porque la gente asume como  común y corriente pagar por  servicios que de manera eficiente debe recibir de las instituciones del Estado.

Sin embargo, los pagos por servicios van desde un estacionamiento hasta la compra de la agilización de cualquier documento o trámite.

El cobro por estacionamiento es un acto de corrupción vulgar, puesto que nadie puede usufructuar  un espacio público  en provecho propio. De igual modo, el servidor público no debe requerirle nada al ciudadano porque recibe un salario pagado por el mismo Estado para que, precisamente,  ejerza con eficiencia su función a favor de todos. Lo terrible es que se trata de un mal que se mantiene y que, en ciertos casos, aumenta.

Este tipo de comportamiento es devastador y debe ser corregido.

Debemos adoptar la actitud tanto de rechazo como de denuncia a la propuesta de recompensar a alguien que desee aprovecharse de su función en alguna instancia del Estado.

Se trata de un comportamiento cultural perjudicial establecido por gobiernos y políticos irresponsables y que debe ser combatido.

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