Corrupción y voluntad política

Corrupción y voluntad política

La corrupción, en todos los ámbitos que se produzca, es una de las espinitas difíciles de extraer. En el caso particular de nuestro país, lo que está pendiente es que materialicen en sentencias definitivas, absolutorias o condenatorias, los resultados de investigaciones acerca de inconductas de este tipo. Esa materialización parece ser el talón de Aquiles en el contexto de la lucha contra los actos reñidos con la ética. Los casos en limbo marcan la tónica.

El doctor Marino Vinicio Castillo, presidente de la Comisión Nacional de Ética y  Combate a la Corrupción (CNECC), cree posible que la voluntad política existente produzca los frutos esperados. En su comparecencia como invitado al almuerzo semanal del Grupo de Comunicación Corripio, Castillo citó los esfuerzos anticorrupción que han sido plasmados en leyes adjetivas, la  Constitución y en ejecuciones de orden administrativo destinadas a prevenir las inconductas.

La existencia de instrumentos como la comisión que encabeza el doctor Castillo y el DPCA son muestras de la existencia de  voluntad política para contrarrestar los actos indecorosos, pero es asignatura pendiente que el trabajo de estas instancias prosiga el curso correspondiente hasta llegar a la sanción o absolución. Es materia que parece difícil de aprender, pero que habrá que aprender.

Proceder cuestionable

Los resultados de la investigación sobre las circunstancias en que fueron muertos dos de los acusados del secuestro de Eduardo Baldera Gómez, cometido el año pasado, motivaron incriminaciones formales por ejecución y recomendaron sanciones contra militares que mintieron a la comisión investigadora. Sorprende, ahora, que haya sido puesto en retiro uno de los oficiales que formó parte de la comisión investigadora y que se ascendiera a dos de los militares contra los cuales se recomendó sanción por haber cometido perjurio.

Este proceder puede llegar a tener influencias adversas para la investigación criminal, toda vez que echa por tierra recomendaciones y conclusiones de los investigadores. En el caso de referencia, se trató del  fusilamiento de dos de los inculpados de secuestro de Baldera Gómez, que fueron entregados vivos a la Policía y cuya ejecución, en principio, fue disfrazada de “intercambio de disparos”.

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