PAU, Francia. El médico francés Nicolas Bonnemaison, juzgado por haber acortado la vida de siete pacientes en fase terminal, fue absuelto el miércoles por un tribunal de Pau (suroeste) en pleno debate sobre la eutanasia en Francia.
El doctor Bonnemaison «fue absuelto de la totalidad de los hechos» de que era acusado, declaró el presidente del tribunal, tras cuatro horas de deliberación.
El veredicto fue acogido con aplausos en la sala de audiencia y con una sonrisa por Bonnemaison. Sus abogados declararon que su absolución es una decisión «enorme» que obligará «a los políticos a avanzar más rápidamente» en la legislación sobre el fin de la vida.
Exurgentista del hospital de Bayona, el médico era aucsado de siete «envenenamientos» de enfermos ancianos y en estado de fin de vida en 2010 y 2011. Ahora absuelto, era pasible de una pena de prisión perpetua.
Este veredicto se pronuncia al día siguiente que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo ordenara el mantenimiento en vida de un enfermo en estado vegetativo, contra la decisión de la más alta jurisdicción administrativa francesa. Una decisión que hizo arreciar el debate sobre la eutanasia en Francia. Este caso, que ha dado lugar a una larga batalla jurídica entre los familiares del paciente, es objeto de polémica en Francia.
El paciente, Vincent Lambert, es un tetrapléjico en estado vegetativo. Sus padres, que recurrieron al TEDH, piden su mantenimiento en vida, contra la opinión de sus esposa, de sus médicos y del Consejo de Estado, la más alta jurisdicción administrativa de Francia.
El TEDH decidió en procedimiento de urgencia su mantenimiento en vida, en espera del análisis del fondo del caso, y su decisión hizo arreciar el debate en Francia.
«Podemos hablar de encarnizamiento judicial», lamentó Jean Léonetti, médico y diputado autor de una ley que enmarca el fin de vida en Francia y que autoriza la interrupción de tratamiento en caso de «obstinación irrazonable».
Leonetti atestiguó también la semana pasada en el proceso del doctor Bonnemaison. «Nadie tiene ganas de verlo en la cárcel», reiteró el miércoles.
El martes, ante el tribunal de Pau (suroeste de Francia), el fiscal pidió una pena de cinco años de prisión condicional contra el doctor Bonnemaison, de 53 años de edad, en un alegato muy moderado, dado que legalmente el acusado era pasible de prisión perpetua.
«Usted no es un asesino, usted no es un envenenador en el sentido común de esas palabras», «usted actuó como médico, pero como médico que se equivocó», dijo el fiscal.
¨Actué como médico¨
«Yo actué como médico, tal cual lo concibo», «estimo que acompañar a sus pacientes hasta el final forma parte del deber del médico», alegó Nicolas Bonnemaison el miércoles, antes que el tribunal se retirara a deliberar.
Cuando se pronuncie el veredicto «no habrá ni mártir ni héroe», afirmó uno de sus abogados defensores, Benoît Ducos-Ader, exhortando al jurado a imitar a la «justicia que muestra el camino de la ley», como antes de que se legalizara el aborto, cuando los tribunales sobreseían a quienes realizaban abortos, entonces castigados penalmente.
Este proceso se realiza también en momentos en que el Parlamento francés va a examinar antes de fin de año posibles enmiendas a la ley sobre el fin de la vida. Pero ninguna ley permitirá nunca dar la muerte a quien no lo pidió, dijo Leonetti ante el tribunal.
Bernard Kouchner, exministro de Salud y médico fundador de la organización Médicos sin Fronteras, estuvo también en Pau para defender, dijo, «las ilegalidades fecundas» de médicos que ayudan a sus pacientes.
La socialista Michèle Delaunay, también exministra y médica en un servicio de cancerología, atestiguó asimismo para afirmar que habrá siempre «un intersticio libre para la conciencia» del médico ante la agonía, un «dominio en el que las verdades tajantes no tienen lugar».