Corte Suprema de Estados Unidos tomará decisiones sobre matrimonio gay y la discrimincación

Corte Suprema de Estados Unidos tomará decisiones sobre matrimonio gay y la discrimincación

WASHINGTON. AFP. Después de que florecen los cerezos es tiempo de decisiones en la Corte Suprema de Estados Unidos, que debe pronunciarse antes de finales de junio sobre controvertidos temas para la sociedad estadounidense, como el matrimonio gay y la discriminación en las urnas y la universidad.  

Una vez terminada la temporada de audiencias, a finales de abril, la máxima instancia judicial del país tradicionalmente falla, antes de la pausa estival boreal, en los casos esperados para el otoño y el invierno, y por lo general deja el más polémico para el final.  

El tribunal supremo estadounidense, de mayoría conservadora, integrado por cinco jueces nombrados por un presidente republicano y cuatro nombrados por un demócrata, esperó hasta el último día de junio en 2012 para validar la reforma del sistema de atención de salud impulsada por el presidente Barack Obama.  

Esta vez es el futuro del matrimonio gay el que acapara toda la especulación y cerrará el periodo de sesiones de la Corte los últimos días de junio.  

«Esta sesión podría ser más histórica» que la anterior porque «la Corte decidirá no sólo sobre la constitucionalidad de la ley electoral, un hito de los derechos civiles, sino también sobre el acceso a la educación superior en un caso de discriminación positiva, y en una cuestión fundamental sobre la igualdad con respecto al matrimonio gay», dijo a la AFP la abogada Elizabeth Wydra.  

El más alto tribunal sólo ha tomado hasta ahora algunas decisiones en casos de impacto limitado. Y los fallos son cada vez más una sorpresa para el observador ordinario de la Corte Suprema, en tanto el culto del secreto se mantiene hasta el final en las alcobas del templo de la justicia.  

Se prevé por lo tanto una competencia difícil cuando la Corte presidida por el conservador John Roberts deba decir si la definición del matrimonio, que la ley limita a nivel federal a la unión entre un hombre y una mujer, puede o no ampliarse a parejas del mismo sexo.  

En la audiencia, a finales de marzo, el tribunal superior parecía dispuesto a derogar la ley que niega a los homosexuales casados legalmente en nueve estados, la capital Washington, y recientemente un décimo estado, Rhode Island, los derechos federales otorgados a las parejas heterosexuales.

Pero la mayoría de los jueces tienden al lado conservador y varios ya han indicado que la Corte no tiene prisa en extender los derechos del matrimonio gay a todo el país. 

Kennedy, «factor decisivo». Es «muy arriesgado comprometerse en ninguna predicción», dijo Wydra.

En muchos casos importantes, el juez Anthony Kennedy, quien vota a veces a la derecha, a veces a la izquierda, «va a ser el factor decisivo», agregó.  

Esto podría ocurrir en un caso de discriminación positiva en Texas (sur), que podría tener un impacto en todas las universidades de Estados Unidos. A diferencia de sus colegas conservadores, el juez Kennedy estimó en 2003 que la diversidad era del interés del Estado.  

La demanda de Abigail Fisher, una estudiante blanca que no fue admitida en la universidad debido a las cuotas que favorecen el acceso de las minorías raciales, podría decidirse el lunes.  

Este caso, cuya audiencia tuvo lugar el 10 de octubre de 2012, es «con 215 días, el más antiguo de este periodo de sesiones que sigue sin decisión», señala el sitio especializado SCOTUSblog.  

Pero es posible que el alto tribunal posponga su sentencia para el otoño boreal, después de haber recibido otra demanda de discriminación afirmativa que examinará en octubre.  

Entre las decisiones esperadas en estos dos meses – desde el derecho de patentar el ADN humano y la adopción entre los nativos americanos, hasta las obligaciones de los fabricantes de genéricos – la Corte también debe decidir el futuro de una antigua ley electoral, que lucha contra el resurgimiento de la discriminación racial en los estados de pasado segregacionista.  

Defendida por el gobierno de Obama, la ley prohíbe la discriminación racial en las urnas y somete a los estados sureños a un cheque en blanco de Washington para toda reforma del código electoral.  

«Vamos a observar el voto de cada juez», dijo a la AFP Elise Boddie, directora de la sección legal de la influyente Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP LDF, por su sigla en inglés), quien expresó su confianza en que el tribunal supremo reconozca que «ninguna puerta debe estar cerrada a las minorías». 

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