Cosas que marcan desde temprano

Cosas que marcan desde temprano

Teófilo Quico Tabar

Comencé a trabajar muy temprano en el Banco Agrícola e Industrial de la República Dominicana en el 1960. En esa misma época ingresó el querido amigo Federico Lalane José. El nombramiento en el Bagrícola tuvo algunos tropiezos, porque no llenaba todos los requisitos exigidos entonces, entre ellos, el documento de inscripción en el Partido Dominicano. Pero, la vida le brinda a uno personas con vocación de servicio.

Doña Gisela, la mamá de Miguel Cocco, que laboraba allí me llevó donde Frank Brea, que era jefe de Personal, quien me ayudó. Mientras conseguía los documentos exigidos para poder tramitar el nombramiento, me asignaron de forma nominal en el departamento de Estadísticas que dirigía el Dr. Carlos Curiel, donde también laboraba el señor Georgy Lockward, padre de Fonchi, y también un joven abogado de nombre Julián Peña, luego reconocido miembro del PSP y del PCD, que fue muy solidario.

Tanto Frank Brea como Julián Peña me sugirieron conseguir alguien que me introdujera con un funcionario del Partido Dominicano para conseguir la no objeción para el nombramiento.

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El Bagrícola disponía de transporte. Lo tomábamos frente al parque Eugenio María de Hostos donde, por coincidencia, tomaba el autobús para ir a su trabajo, Ramy Lugo Caamaño, con quien entablé una amistad que duró hasta que dejó este mundo no hace mucho tiempo. Era hijo del reconocido biógrafo Dr. Ramón Lugo Lovatón y de la señora Adela Caamaño, hermana de Fausto Caamaño, padre de Francis, y de César Caamaño, abuelo de Claudio, Fellita, Daysi y Cuqui, nuestro vecino.

En vista de la recomendación que me habían hecho, le pregunté a Ramy si él conocía alguien que me pudiera ayudar en ese asunto. No solo me dijo que sí, sino que se ofreció a acompañarme a ver a un alto dirigente del Partido Dominicano en el Distrito. Advirtiéndome que no mintiera cuando me hicieran preguntas, porque estaban bien informados.

Fuimos donde hoy se encuentra el Ministerio de Cultura. Nos recibió el señor Sigfrido Objío. En realidad no hizo muchas preguntas. Solo si era de Salcedo; si los Tabar de Salcedo eran los mismos de Tenares, a lo que respondí que sí. Pero al preguntar si yo conocía a la señora Sofía Tabar, le contesté que no recordaba ningún familiar con ese nombre. A seguidas preguntó si yo conocía al Dr. Manuel Tejada Florentino, y le dije que sí, que era el esposo de Nena Tabar. Entonces dijo ¿usted no conoce a Sofía, pero si conoce a Nena? Qué raro, porque que es la misma persona. Le dije que tenía muchas tías, pero que tal vez eran apodos. No dijo más nada. Se paró, entró a otra oficina salió con un sobre y se lo entregó a Ramy. Quien me dijo: Objetivo logrado.

Ese documento decía que no había objeción a la solicitud, a condición de cumplir con los requisitos establecidos en el menor tiempo posible. Lo entregué y me asignaron al departamento de colonos de caña. ¿Pero por qué he dicho que me marcó? De eso escribiré más adelante. Pero adelanto que entre otras cosas, por lastres arrastrados desde 1961 en la administración pública. Uno de ellos pedir documentos del partido para conseguir trabajo. Lo cual desde ese entonces me provoca resistencia.

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