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AZUA.- La Asociación de Fabricantes de Conservas del Agro (AFCONAGRO) y pequeños productores están cosechando y moliendo alrededor de 8 millones 300,000 quintales de tomate, sembrados en más de 150,000 tareas, en las regiones Sur, Suroeste, Norte y Noroeste, con una inversión directa en el campo de RD$600 millones.
La información fue ofrecida por el ingeniero Félix García, presidente de la AFCONAGRO, durante un día de campo realizado en el proyecto YSURA, donde pudieron comprobar la gran producción de tomate existente y fue firmado un adendum, del acuerdo tripartido que establece un aumento en el precio del quintal y en el costo de inversión, lo que redundará en beneficio de los productores.
García expresó que la mayor satisfacción para la AFCONAGRO es la creación de más de 100,000 empleos fijos y móviles, lo que beneficia de manera directa e indirecta a más de 550,000 personas, contribuyendo directamente a 8,000 agricultores, dentro de ellos, 6,000 pertenecientes a la Reforma Agraria y 2,000 pequeños colonos que siembran tomate y cultivos alternos, como sorgo, maíz y gandul, que se inician durante el período de veda establecido para controlar la mosquita blanca y el virus TYLCV. En la actividad estuvieron el ingeniero Salvador (Chío) Jiménez, secretario de Agricultura, el ingeniero Amílcar Romero, senador por la provincia Duarte; Paulino Hernández, en representación de José Luis Corripio Estrada, presidente de Victorina Agroindustrial; Radhamés Valenzuela, director de producción de la Secretaria de Agricultura; Frank Díaz Thomas, gerente agrícola de Victorina; Luis Zoquier, de la Famosa y S.A. (Linda) y Porfirio Álvarez y Augusto Villar, del Programa Manejo Integrado de Plagas, así como Manuel Tejeda, presidente de la Federación de Campesinos de Azua, FEPROCA.
También, Osmar Benítez, vicepresidente de la Junta Agroempresarial Dominicana; Silvio Carrasco, ex director ejecutivo del Instituto de Recursos Hidráulicos; Manuel Antonio Camilo, subsecretario de producción y mercadeo de Agricultura; Isabel Abreu, de FERQUIDO; Fernando Viyella, de FERSAN; los agroempresarios Roberto Serrano, presidente de Peravia Industrial (La Famosa), Luis Cabrera, presidente de la FECAINMAT, así como diversos pequeños y medianos productores de Azua y de la Línea Noroeste.
Durante su discurso, el ingeniero García destacó que tanto los agricultores como a las empresas ligadas a la producción de tomate industrial, sienten incertidumbre y temor ante la apertura lenta, pero continua de las aduanas al comercio importador.
Señaló que el inicio del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos (DR-CAFTA) se anunció para enero del 2005 y que aún cuando no ha entrado en vigencia, ya las aduanas del país están aplicando una gradual desgravación arancelaria contemplada en el acuerdo.
Sostuvo que esas facilidades al comercio importador, ya las están sintiendo con la importación de productos derivados del tomate procedentes de un país cuyos agricultores e industriales tienen la ventaja de menores costos de producción y altos subsidios.
Al dirigirse a los presentes, Jiménez, secretario de Agricultura, mostró su satisfacción con los excelentes resultados de la presente cosecha de tomate industrial, destacando que los empresarios que intervienen en la producción del tomate, son emprendedores, porque representan a un sector pujante que ha venido teniendo un desarrollo significativo para la República Dominicana. “Estamos presente ante una cosecha de 8 millones 200,000 quintales de tomate y esta cifra es una muestra fehaciente del extraordinario aporte que hace la AFCONAGRO a la economía del país”, añadió Jiménez. De igual modo, el funcionario dijo que la Secretaría de Agricultora, junto con los demás integrantes del sector agropecuario oficial, le darán fiel cumplimiento al acuerdo tripartito que finaliza en el año 2008 y que se comprometió a gestionar con el presidente Leonel Fernández cualquier tipo de propuesta en beneficio de los productores.
De su lado, Luis Cabrera, secretario general de la “Federación de Campesinos Independientes Mamá Tingó”, expresó que los agricultores que siembran tomate industrial no están en condiciones de competir con los grandes productores internacionales, ni a corto ni a mediano plazo, porque no cuentan con la infraestructura ni la tecnología para reducir los costos y aumentar la productividad.
