EFE. REPORTAJES. La mesoterapia, el tratamiento basado en microinyecciones con el que combatir los avances de la edad en el rostro, tiene ahora una alternativa. La cosmesoterapia, que busca ofrecer los mismos resultados a través de productos cosméticos, para aquellos que prefieran evitar la aguja.
Esa revolución responde al nombre de cosmesoterapia, un nuevo tratamiento lanzado por el prestigioso laboratorio parisino Filorga que es la primera línea de dermocosmética procedente de la medicina estética.
Al igual que la mesoterapia, este tratamiento aporta vitaminas, minerales y aminoácidos que combaten los signos de envejecimiento, pero en este caso sin inyecciones. Además, contiene un complejo revitalizante compuesto por ácido hialurónico, de alto peso molecular y capaz de hidratar y regenerar los tejidos.
La aguja consigue introducir en la piel mayor cantidad de estos mismos principios activos y por tanto el resultado es más intenso, pero con la cosmesoterapia evita efectos secundarios, como hematomas o reacciones adversas, que surgen a veces, apunta Josep María Azcárate, director del Laboratorio AndoPharm, distribuidor de estos productos en Andorra y España.
Resultados en tres semanas
Una de las ventajas de estos productos cosméticos es que provocan una reacción natural de la piel ya que, a diferencia de los tratamientos con colágeno, aporta nutrientes para que sea la propia dermis la que produzca las moléculas necesarias en vez de introducirlas de manera artificial con una jeringuilla. De esta forma esos nutrientes permanecen por más tiempo en la piel y de un modo mucho más saludable.
Aunque su uso se recomienda en función de las necesidades de cada persona, es adecuado aplicar algunas de sus cremas de uso diario cumplidos los treinta años, como acción preventiva. Y es que una vez pasados los veinte, la piel comienza a producir menos cantidad de ácido hialurónico.
Democratización de la mesoterapia. Con la llegada de esta nueva línea de productos cosméticos, se hacen asequibles al gran público los beneficios de la mesoterapia, hasta este momento reservada a una minoría que necesitaba de atención regular y estar bajo un específico control médico en clínicas estéticas para poder seguir dicho tratamiento.
Uno de estos productos de cincuenta centímetros cúbicos, el equivalente a su uso durante un plazo de mes y medio o dos meses, cuesta en torno a los cincuenta euros (sesenta y seis dólares).
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Pequeñas cápsulas
La clave de la cosmesoterapia reside en que sus principios activos están encapsulados en liposomas de un tamaño muy pequeño, 0’1 micras, con lo que consigue atravesar la piel sin problemas y situarse en la base de la dermis tal y como lo haría una inyección. Por ello, es perfecta para aquellos que no buscan un rejuvenecimiento facial severo.
Las claves
1. No invasivo
La cosmesoterapia permite proveer a la piel de los mismos nutrientes (vitaminas, minerales y aminoácidos) que la mesoterapia sin recurrir a microinyecciones.
2. Sin efectos secundarios
Este tratamiento evita efectos secundarios como hematomas o reacciones adversas, que pueden aparecer en algunas ocasiones.
3. Beneficios duraderos
Esta técnica estimula a la piel a producir las moléculas necesarias para aprovechar los nutrientes de forma natural, en vez de introducirlas artificialmente.
4. Acorde al ciclo celular
Aunque el tiempo de uso varía dependiendo d el tipo de piel, se recomienda utilizar por lo menos por veintiún días (que es el tiempo del ciclo celular) y extenderlo hasta los treinta días como acción preventiva y para obtener mejores resultados.