SAN JOSÉ EFE. Costa Rica entró ayer en la fase de reflexión previa a las elecciones del próximo domingo, de las que saldrán el nuevo presidente y 57 diputados, tras una costosa campaña electoral, fría en las calles pero ruidosa en los medios de comunicación.
Una de las características de los cuatro meses de campaña ha sido la escasez de banderas y otros símbolos, así como de personas identificadas con los partidos, en las calles.
En cambio, los medios de comunicación se han visto inundados de propaganda de los tres partidos con más probabilidades.
Quizás por eso el gasto global de la campaña ha sido elevado.
El oficial Partido Liberación Nacional (PLN, centro-derecha) gastó en la campaña 12 millones de dólares, el derechista Movimiento Libertario (ML) 5,3 millones de dólares y el centro-izquierdista Partido Acción Ciudadana (PAC) 2,6 millones de dólares, de acuerdo con los datos ofrecidos por esas agrupaciones. Esta cantidad cercana a los 20 millones de dólares es considerada elevada para un país pequeño como Costa Rica, de apenas 4,5 millones de habitantes, de los cuales 2,8 millones están habilitados para votar.
Ese monto casi iguala los 21 millones de dólares que el Estado espera recaudar anualmente con un impuesto a las casas de lujo que entró a regir este año como una de las pocas novedades tributarias del actual Gobierno, presidido por Oscar Arias. En la propaganda predominaron, por parte de la oposición, los ataques al oficialismo y su candidata, Laura Chinchilla, quien trató de alejarse de la confrontación. Chinchilla afirmó ayer que esperaba una campaña con más intercambio y discusión de ideas, y no con tantos ataques personales.
Las claves
1. Últimos intentos
En los últimos mensajes de la campaña electoral, emitidos el miércoles por la noche, Laura Chinchilla continuó resaltando sus cualidades personales y las buenas obras del Gobierno actual del presidente Óscar Arias.
2- Amenaza pública
Otto Guevara cerró la campaña afirmando que es el único con posibilidades de sacar a los Arias del poder.