Costos de la democracia

Costos de la democracia

La democracia representativa, en la cual está fundamentado nuestro sistema polí  tico, establece sus medios para preservar la integridad de las fuerzas que la sustentan.

En nuestro medio, por ejemplo, se ha establecido la financiación de parte de las actividades de los partidos políticos, como una forma de disminuir la posibilidad de que tengan que recurrir a fuentes no idóneas de recursos económicos para sustentar sus actividades.

Sin embargo, este procedimiento tiene la particularidad de que estimula la formación de agrupaciones cuya finalidad, más que de participación activa en política, está asociada al interés de tener acceso a los fondos provistos para la sustentación del proselitismo democrático.

Si bien es cierto que este método surgió para atenuar la posibilidad de que los partidos se sintieran tentados a aceptar financiación de origen no idóneo, hay particularidades que obligan a mejorar cada vez más los controles y a hacer más estrictas las reglamentaciones para tener acceso a estos recursos.

-II-

En varias etapas de nuestros procesos electorales se ha notado que algunos partidos requieren que sean aumentados los recursos que provee la Junta Central Electoral, alegando insuficiencia de las cantidades comprometidas hasta el momento para financiar la actividad política.

En realidad, el deber del Estado debería ser garantizar la idoneidad de los procesos democráticos, estableciendo los medios adecuados y sustentando la estructura jurídica que permite el juego democrático. Es decir, establecer el marco institucional más idóneo para que el ejercicio democrático en el sistema de partidos, incluyendo la obtención de recursos para financiar campañas, se haga dentro de un marco de pulcritud a toda prueba, y no necesariamente proveyendo el Estado los fondos para esas campañas.

Establecer el marco idóneo para el ejercicio político no necesariamente debería incluir financiación directa de la actividad de los partidos, aunque sí una inversión sostenida en el mejoramiento del aparato institucional que sirve de soporte al sistema de partidos.

-III-

La práctica ha demostrado, aquí y en muchas partes del mundo democrático, que la idoneidad de los procesos electorales no necesariamente se logra mediante la financiación parcial directa de las campañas de los partidos, sino fundamentalmente a través del establecimiento de los medios idóneos para un ejercicio político pulcro.

La democracia tiene como principal fuerte la sustentación y fortalecimiento del marco institucional y jurídico en que debe producirse el ejercicio político.

Es dudosa la validez del argumento de que a esto contribuye la financiación de las campañas de los partidos a través, precisamente, de la instancia que debe vigilar la aplicación de las normas democráticas. La función del Estado debe ser la de asegurarse de que son idóneas las fuentes que sustentan las finanzas de los partidos, y no la de ser fuente de financiación.

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