Las autoridades de la ciudad china de Wuhan, donde se registraron los primeros contagios de la pandemia de COVID-19, planean llevar a cabo test masivos a sus 11 millones de habitantes tras haber detectado un pequeño rebrote en una comunidad residencial, informa hoy la prensa estatal.
Según el diario oficial Global Times, que cita a fuentes de la autoridad sanitaria de Wuhan, la ciudad se dispone a iniciar una campaña de pruebas que duraría unos diez días, aunque se trata de un plan que todavía está siendo estudiado y del que aún no se han revelado detalles.
De confirmarse, la ciudad respondería con estas pruebas masivas a los temores de la población tras haberse detectado seis nuevos casos en un complejo residencial.
Wuhan y la provincia de la que es capital, Hubei, llevaban sin registrar ningún contagio desde el pasado 4 de abril, lo que llevó a esta región -que acumula el 80 % de los casos detectados en China y el 97 % de las muertes- a rebajar del primer al segundo nivel su alerta sanitaria a principios de este mes.
El citado rotativo indica que el Gobierno municipal ha pedido a los diferentes distritos que elaboren planes detallados para llevar a cabo esta investigación epidemiológica, que se centrará especialmente en las comunidades con más densidad de población y en las áreas donde la movilidad de los residentes sea mayor.
El subdirector del departamento de biología patogénica de la Universidad de Wuhan, Yang Zhanqiu, recordó que hasta ahora se han realizado pruebas a entre tres y cinco millones de residentes de la séptima ciudad más grande de China- “Wuhan es capaz de hacer pruebas a los otros 6 u 8 millones en diez días».
LAS PRUEBAS MASIVAS SON INNECESARIAS, SEGÚN EXPERTOS
Las autoridades se han centrado hasta el momento en los sanitarios y en sectores clave como profesores, personal de residencias de ancianos o trabajadores del transporte público, así como en funcionarios o empleados que desarrollan su labor de cara al público.
No obstante, algunos expertos citados por la prensa local consideran que es innecesario llevar a cabo pruebas a todos los habitantes de la ciudad debido a su alto coste y a que es imposible determinar si una persona que ha dado negativo podría contagiarse después.
En opinión del director de la UCI del hospital wuhanés de Zhongnan, Peng Zhiyong, el Gobierno acabará por centrarse en grupos señalados como aquellos que han estado en contacto cercano con pacientes de COVID-19 y sus familiares, personal médico, ancianos y personas con otras patologías.
Por su parte, Yang cree que lo que busca Wuhan es llevar a cabo una “investigación epidemiológica para determinar la situación actual” del coronavirus en la ciudad, que serviría además para hacer que los residentes sientan más confianza y participen de forma más activa de la vuelta al trabajo y a las escuelas.
El jefe del Partido Comunista chino (PCCh) en Wuhan, Wang Zhonglin, indicó ayer que la mejor manera de proteger la salud de los habitantes de la ciudad es aprender de los casos más recientes para prevenir un rebrote.
NO HAY QUE BAJAR LA GUARDIA
Entretanto, el portavoz de la Comisión Nacional de Sanidad, Mi Feng, aseguró hoy que la aparición de nuevos casos de contagio a nivel local cuando la epidemia parecía bajo control en China son un “recordatorio” de que no se debe bajar la guardia en las tareas de prevención contra la enfermedad.
La autoridad sanitaria china anunció asimismo que ha enviado un equipo de campo a la ciudad de Shulan, en la provincia de Jilin (noreste), para ayudar en las tareas de investigación epidemiológica después de que allí se registrasen 11 nuevos casos de contagio local -es decir, no relacionadas con personas provenientes del extranjero- de COVID-19 este sábado. Las autoridades de esa ciudad han tomado medidas restrictivas como la limitación del tráfico o el cierre de parques, bibliotecas o cibercafés.