Una enfermera está siendo investigada por haber inyectado con agua salina en lugar de con una vacuna de covid-19 a miles de personas en Alemania.
El engaño sucedió entre marzo y abril de este año en un centro de vacunación de la provincia de Frisia, una zona rural en la costa del mar del Norte.
Aunque la inyección de una solución de agua salina es inocua, se estima que unos 8.600 residentes recibieron la falsa vacuna, muchos de ellos de avanzada edad, por lo que están en un grupo de alto riesgo si se contagian de coronavirus.
El subdirector de policía de Wilhelmshaven-Frisia, Peter Beer, dijo en rueda de prensa que, basados en los testimonios de testigos, había «una sospecha razonable de peligrosidad».
Las autoridades están instando a las personas que pudieron ser afectadas a que se vuelvan a poner una vacuna.
No hay mucha información con respecto a la enfermera responsable del engaño -que no ha sido identificada- pero se sabe que trabajaba para la Cruz Roja y estaba encargada de llenar los viales con las vacunas Pfizer, Moderna o AstraZeneca.
A finales de abril se supo de una situación de intercambio de la solución en los viales, pero en el momento se creyó que había sido un incidente único, según el diario alemán Süddeutsche Zeitung.
En esa ocasión, la enfermera reconoció que había llenado seis jeringas con solución salina en lugar de la vacuna Pfizer. Uno de los viales se cayó al piso mientras lo mezclaba y trató de ocultarlo, escribe el diario alemán.
Las autoridades procedieron a verificar el nivel de protección de más de 100 personas vacunadas ese día mediante pruebas de anticuerpos.
La policía y la fiscalía continuó investigando y encontraron indicios concretos de nuevos casos durante la indagación de testigos de mediados a finales de junio, de acuerdo al subdirector de policía Beer.
Se ha podido establecer que unas 10.000 vacunas estarían comprometidas.
«Estoy completamente estupefacto ante este episodio», comentó el concejal de Frisia Sven Ambrosy, al tiempo que instó a la revacunación de los afectados lo más pronto posible.
«Debemos evitar el daño a estas personas, incluso si no sabemos realmente cuántas personas están afectadas», declaró.
No está claro cuáles fueron los motivos de la enfermera para efectuar el engaño, pero con anterioridad había manifestado su escepticismo contra las vacunas en las redes sociales, según los investigadores.
El caso de la enfermera ha sido remitido a una unidad especial que investiga crímenes políticamente motivados.
En Alemania, grupos que se oponen a las vacunas han tomado fuerza y ganado adeptos con sus mensajes infundados y teorías de la conspiración en las redes, y multitudinarias marchas de protesta.
Uno de estos grupos, Querdenken, tiene vínculos con la extrema derecha, y el verano pasado intentó penetrar y tomar por la fuerza el Bundestag (Parlamento de Alemania) al final de una manifestación en Berlín.
Esas acciones han engendrado una nueva corriente de personalidades en las redes sociales que promueven la desinformación, reclutan seguidores y hasta venden mercancía alusiva a su postura.