Covid-19 impone atención urgente en salud mental

Covid-19 impone atención urgente en salud  mental

Covid-19 impone atención urgente en salud mental

Se debe educar a las personas para que puedan buscar ayuda ante cualquier síntoma y romper los prejuicios que existen con este tema que afecta a gran parte de la población

Los problemas de salud mental de la población dominicana, aumentados considerablemente a raíz de la pandemia de Covid-19 requieren intervención sostenida y permanente por lo menos en los próximos 15 años para evitar traumas psicosociales.

Para justificar este planteamiento la psiquiatra Alexandra Hichez Lachapel recuerda que el ataque terrorista a las torres gemelas en Nueva York, que a 20 años de ocurrido, todavía existen secuelas del impacto a la salud mental que ocasionó ese evento traumático, pese a que afectó a una cantidad mínima de personas (alrededor de tres mil) en comparación con la pandemia.

Indica que en el país hay un mayor consumo de alcohol, trastornos del sueño y de la alimentación, apego a la tecnología, ansiedad y otras patologías luego del Covid-19 por lo cual se hace necesario poner la salud mental en el centro de las políticas públicas.

Hichez indica que el impacto por la pandemia es similar en todas partes, lo único que cambia o tiene alguna variantes en la indiosincracia y la cultura de cada pueblo.

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Para el caso dominicano sostiene que el impacto ha sido bastante contundente porque la población no tiene cultura de atender problemas de salud mental y la búsqueda de atención esta muy estigmatizada.

“La gente se reserva el derecho de ir, se avergüenza porque se asume que inmediatamente se buscaun servicio ya estás relativamente descalificado dentro de lo que la población considera normalidad”, apunta.

Hichez plantea un antes y después de la pandemia porque muchas patologías han resurgido. Puso de ejemplo que anteriormente alrededor del 20 por ciento de la población dominicana tenía una situación de salud mental. Es decir, padecía depresión, ansiedad, bipolaridad, esquizofrenia, trastornos del desarrollo, demencia, entre otros trastornos. Sin embargo, ahora casos como el uso y abuso del alcohol se extrapolaron en más de 500 por ciento. “Fue algo descomunal”, cita.

Agrega el caso de la tecnofilia, manifestado mayormente a través de la adicción a las redes sociales, se mantiene en personas que tenían una estructura laboral menos dependiente de la tecnología y que pese a que han entrado en la normalidad siguen enganchados a ella.

En cuanto al trastorno alimentario también creció en pandemia porque la gente comió de forma desproporcionada y casi todos aumentaron de peso, con lo que implica este tema y su incidencia en varias enfermedades.

También se incrementaron los trastornos del sueño y el estrés post traumático debido a la incertidumbre que tenían las personas de contagiarse de la enfermedad.

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O en aquellos que perdieron familiares de forma abrupta con duelos no resueltos, ya que los dominicanos tienen la cultura de un velorio o misas. Además con el agravante de que no pudieron ver su pariente ni siquiera en el hospital.

“Esa falta de demostración de afectividad y de entrar en la dinámica de solamente saludar a distancia cambió las emociones de una manera directa”, expresa Hichiez.
Escolaridad y pánico

Otro punto que destaca esta especialista es el aumento desproporcionado de las deficiencias escolares de los niños, quienes se abocaron a unas plataformas para las cuales ellos no estaban preparados.

También niños que les toco vivir esos primeros años de la infancia ahora tiene problemas en la incorporación de los entornos escolares tradicionales porque no saben socializar. “O sea que no solamente nos podemos enfocar en los diagnósticos psiquiátricos puros como tal”, indica.

Hichez menciona también la situación que vivió mucha gente que creía haberse contagiado de Covid-19 porque estuvo cerca de alguien enfermo y empezaba a somatizar.

Fueron pacientes que más recursos consumieron porque había que hacerle pruebas en momentos que eran escasas, por lo que quitaba la posibilidad de aplicarla a otro que sí tenía los criterios para la enfermedad, añade.

“Resulta entonces que personas que anterior a esto no tenían una condición, pero que producto del estrés de haber padecido en pandemia y entonces quedaron con condiciones agregadas”, resalta.

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Hichiez estima que más de la mitad de la población tiene una condición de salud mental por los trastornos descritos y una muestra de ello es el miedo que tuvo mucha gente cuando llamaron a la reapertura porque se había acostumbrado a la sensación de seguridad en su casa y temía salir a la calle, al supermercado, al trabajo, lo que llevó incluso que algunos renunciaran.

Recuerda que la calificaron de alarmista cuando advertía que la salud mental se iba a convertir en la pandemia de la pandemia, es decir, cuando una desplazaba a la otra porque aunque aún hay presencia de Covid-19, ya esa enfermedad no es la urgencia.

Cómo intervenir

Para tratar el cuadro descrito la doctora Hichiez plantea que lo primero es fomentar el desarrollo del conocimiento y la educación de la población para hacer frente a cualquier sintomatología que se presente, y buscar ayuda.

En segundo lugar aumentar los servicios en salud mental, al indicar que se trabaja para habilitar en los hospitales, de segundo y tercer nivel, esta especialidad y que haya psiquiatras y psicólogos en esos centros o zonas donde haya gran vulnerabilidad.

Recuerda que ya no hay hospitales para tratar esos problemas y solo existen unidades de intervención en crisis en algunos hospitales.

“Se están haciendo intervenciones, pero la salud mental no tenia un espacio prioritario y siempre se ha visto como la cenicienta de las especialidades”, manifiesta Hichiez.

Especialistas

Demanda
La doctora Hichiez apunta otro problema para el abordaje del tema de salud mental post Covid-19 y es la falta de profesionales. Indica que de acuerdo a la población dominicana se requieren entre 1,000 y 2,500 psiquiatras y apenas hay alrededor de 300. En cuanto a los psicólogos aunque el número es mayor también resultan insuficientes.

Concentrados
También existe el incoveniente es que estos especialistas están concentrados en las zonas metropolitanas mientras hay pueblos y provincias que no tienen un psiquiatra o el servicio de psicología o si lo tienen ese médico va una vez a la semana o al mes.

Biografía

Hichiez Lachapel está graduada de medicina por la UASD con residencia en psiquiatría en el hospital Salvador B Gautier y pasantías en el país, Panamá y Costa Rica en temas como dependencias químicas sustancias, psiquiatría forense, rehabilitación psicosocial y terapia ocupacional. Cuenta con una residencia en medicina interna en el hospital Padre Billini. Tiene formaciones técnicas múltiples todas enfocadas al ejercicio de la psiquiatría de enlace, trastornos anímicos, y psicofarmacología. Actualmente es jefa del Servicio del Departamento de Psiquiatría Hospital Salvador B. Gautier y de la Unidad de Intervención en Crisis en y profesora docente en ese centro, así como en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo INTEC y la Universidad O&M. Ha obtenido diversos premios.

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