Bonao-. La pandemia mundial del coronavirus (COVID-19), ha puesto a funcionar la creatividad de la comunidad educativa y son muchos los que se auxilian de sistemas alternativos de producción de alimentos para estar listos y preparados por una posible paralización de los modelos tradicionales y enfrentar de la mejor manera las distintas situaciones que puedan surgir en cualquier momento.
De esta adversidad, específicamente, hay personas que sacan lo bueno como lo hace el director del Politécnico Profesor Pedro Antonio Frías, el docente Juan Carlos Leonardo, quien ha decidido aprovechar más el espacio disponible del centro donde labora para crear huertos escolares y cosechar alimentos orgánicos para la comunidad educativa de Caño Grande, en Bonao.
El profe Juan Carlos, como le conocen en la comunidad, lleva tres años dirigiendo este liceo técnico y alrededor de 20 en el sector educativo aportando dentro y fuera de las aulas. Este centro que enfrenta una problemática por la proximidad con una empresa agroquímica, alberga unos 600 estudiantes y 42 docentes en Jornada Escolar Extendida. Los egresados se especializan en informática, gestión administrativa y servicios turísticos.
Pese a que lo que se produzca en el futuro será distribuido entre los más necesitados de la comunidad educativa, los trabajos se están realizando únicamente por el director del politécnico y personal administrativo de conserjería y mantenimiento. ¿Por qué? Para exponer lo menos posible a los estudiantes, los maestros y sus familias ante la pandemia. Obviamente, los que están laborando lo hacen con la debida protección y cuidado.
“Decidimos trabajar esta tierra para motivar el uso de todos los espacios disponibles porque en estas circunstancias se requiere contar con alimentos sanos para que la gente tenga algo alternativo. Los seres humanos somos agricultores por naturaleza, lo llevamos en los genes porque fue nuestra forma de vida por muchos siglos, por lo que aprovechar lo que la naturaleza nos da es una buena forma de sacar lo bueno de esta pandemia”, narró el educador.
Dijo estar consciente de que los cultivos no representaran una solución para todos, pero que espera inspirar a las personas para que se preparen para enfrentar cualquier circunstancia.
Con gran fe en su proyecto confesó que los alimentos colectados comenzarán a distribuirse entre los empleados que los están cultivando, debido a que el Ministerio de Educación (MINERD), a través del Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (INABIE), distribuye alimentos a los estudiantes para que tengan segura la comida en casa.
Cuenta que los huertos escolares ya los tenían planificado para iniciar este año, pero las condiciones actuales obligan a los docentes y estudiantes quedarse en sus casas y él, consciente de las necesidades de algunas personas, decidió condicionar la tierra y cosechar los alimentos que pueda, con la ayuda del personal que se ofreció para los trabajos.
“Ya que no tenemos actividad pedagógica en el politécnico, las plantas crecen con mayor facilidad porque lo estudiantes no están en los alrededores. En esta provincia hay una pluviometría -cantidad de lluvia en una zona determinada- muy buena y esa humedad permite que las cosechas se den más fácil que en otras zonas”, acotó.
La honrosa labor de este director no es una improvisación porque en diciembre pasado el MINERD concluyó una jornada nacional de diálogos con la Asociaciones de Padres, Madres, Tutores y Amigos de la Escuela (APMAE) y juntas descentralizadas para implementar los huertos escolares en los planteles. Algunos, como el Liceo Científico Dr. Miguel Canela Lázaro lo implementan con cosechas de mucho provecho para Villa Tapia, provincia Hermanas Mirabal.
En 2016 se estableció que los centros educativos debían tener más integración del medio ambiente y la comunidad educativa, priorizando espacios amigables con el entorno como jardines, actividades con material reciclable, huertos escolares y producción de bienes y servicios que lo vuelvan autosustentable. Desde entonces se dispuso que las escuelas que se construyeran contarán con espacios para esos fines.
Un año antes, el Ministerio de Educación (MINERD), ya contaba con 350 huertos escolares donde los mismos estudiantes cosechaban las hortalizas y vegetales que en cada centro se consumía. Para eso se logró un acuerdo con el Ministerio de Agricultura con la distribución de las semillas y el apoyo logístico.
Este descubrimiento de este noble hombre arando la tierra fue realizado durante un recorrido de supervisión realizado por un equipo de técnicos del MINERD, encabezado por el director de Comunicaciones, Diego Pesquiera, quienes aprovecharon para degustar los primeros tomates cosechados por el profesor Juan Carlos y su equipo de colaboradores en una rica ensalada.
Y mientras pasa esta pandemia y las clases vuelven a la normalidad, el profe Juan Carlos se mantiene día y noche aprovechando la tierra de Bonao para sembrar esperanza y ayudar a su gente, nuestra gente.