Spectators hold photos of Kious Kelly, a Mount Sinai nurse who died of Covid in April 2020, during a parade honoring essential workers for their efforts in getting New York City through the COVID-19 pandemic, Wednesday, July 7, 2021, in New York. The parade kicked off at Battery Park and travel up Broadway in lower Manhattan, the iconic stretch known as the Canyon of Heroes, which has hosted parades honoring world leaders, celebrities and winning sports teams. (AP Photo/Mary Altaffer)
Jefe ONU lamentó la pérdida de vidas y aseveró que las vacunas deben llegar a todo el mundo
El mundo llegó este miércoles a lo que la ONU catalogó de “trágica cifra” de 4 millones de muertos por la covid-19 en medio de un panorama desigual, pues mientras algunos países pasan por el momento más dramático de la pandemia, como Cuba, otros siguen con la flexibilización de las restricciones y hasta Nueva York se permitió celebrar un desfile sin mascarillas para darle la bienvenida a una pretendida normalidad.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, lamentó la pérdida de vidas humanas y aseveró que las vacunas deben llegar a todo el mundo para frenar los contagios.
“Las vacunas son un rayo de esperanza, pero la mayoría del mundo sigue en la oscuridad.
El virus avanza más rápidamente que las inoculaciones”, dijo el diplomático portugués en un comunicado, tras indicar que “más de la mitad de sus víctimas han muerto este año».
Guterres agregó que es urgente acabar con las diferencias en la distribución de las vacunas y que para ello se requiere “el mayor esfuerzo de salud pública mundial de la historia».
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 184,2 millones de personas se han contagiado en el mundo y el continente más afectado es América, donde 1.9 millones de personas han muerto y 73.1 millones resultado contagiadas.
Los países más golpeados por la pandemia son Estados Unidos (605,000 muertes), Brasil (526,000), India (404,000), México (233,000) y Perú (193,000).
NY desfila.- Como si se tratara de una cruel ironía, mientras Guterres lloraba las muertes en el mundo, Nueva York, la ciudad que alberga la sede de las Naciones Unidas, fue escenario hoy un desfile sin mascarillas para celebrar el final las restricciones.
Miles de enfermeros, médicos, bomberos, camareros, repartidores y demás trabajadores de primera línea salieron a las calles en el mayor desfile que se celebra en la ciudad desde que prácticamente cerró en marzo de 2020.
Allí estaba la enfermera neoyorquina Sandra Lindsay, que el pasado 14 de diciembre recibió la primera dosis de la vacuna en Estados Unidos.
Sentada sobre el asiento trasero de un mítico Imperial descapotable, Lindsay recorrió Broadway saludando a los curiosos que se acercaron a aplaudir a los participantes y con la banda de tela cruzada que la distinguía como la maestra de ceremonia de la caravana, bautizada “Héroes de la ciudad».
OMS alerta.- Sin embargo, la OMS considera que es arriesgado que los países con altas tasas de vacunación regresen de forma rápida a la normalidad, ya que aunque los biológicos evitan contraer casos graves de covid-19, aún se desconoce su eficacia en la prevención de infecciones, por lo que los inmunizados pueden todavía correr ciertos riesgos, especialmente de transmitir el virus a otros aún no vacunados.
Además, el organismo señaló que los contagios aumentaron levemente en el mundo por segunda semana consecutiva con más de 2,6 millones de casos reportados, un 3 % más que la semana anterior, mientras que el número de muertes globales sigue en descenso.
Mientras algunos países han sentido un alivio por la disminución de las tasas de muertes y contagios, Cuba sufre su peor rebrote con récord de infecciones.
Las claves
El caso de Cuba
La tasa de incidencia de la covid-19 en Cuba en las últimas dos semanas es de 381 casos por cada 100,000 habitantes.
En Matanzas alcanza 1,316, cifra superior a la de ciudades como Madrid en sus peores momentos de la pandemia.
“Hemos puesto camas en los pasillos”, declaró en la cadena provincial TV Yumurí un médico del hospital de la ciudad de Cárdenas, que lamentó la falta de oxígeno y gases sanguíneos para atender a toda una avalancha de pacientes con dificultades respiratorias.