Dedico estas líneas a los cristianos de todas las denominaciones o sectas y a los ateos de todo el mundo, pero fanáticos o conocedores de inspiradoras leyendas como la de David y Goliat, para invitarlos a reflexionar sobre la increíble forma en que una ultramicroscópica partícula denominada “virus” se ha convertido en un terrible Goliat que está humillando a toda la humanidad poniéndola de rodillas al no encontrar un tratamiento y/o una vacuna eficaz para controlar su mortal expansión en el mundo.
Sin vacilar ni un nanosegundo afirmo, declaro y defiendo a rajatabla que los epidemiólogos tienen la fórmula para vencer al horroroso virus y se han estado dejando subestimar por los teóricos de siempre, los sempiternos políticos y otros especialistas sabelotodo que saturan los medios de comunicación menospreciando sus conocimientos y habilidades para elaborar un programa de evaluación y aplicación de un protocolo de manejo y control de los casos moderadamente graves, severos o críticos de covid19 y ya que no se tiene una estructura ni reglamentaciones para necropsias sistemáticas, las limitaciones para recolección de informaciones de los expedientes son mínimas y puede aprovecharse esa realidad para documentar epidemiológicamente todo lo sucedido, siendo la metodología de evaluación técnica de resultados documentados colectados y organizados por epidemiólogos, con los numerosos casos de “recuperados” en esas circunstancias, la clave para desglosar los datos demográficos, terapéuticos, laboratorios e imágenes que orientarán sobre manejo de los próximos afectados en peligro de muerte y formular un protocolo dominicano que podría servir de modelo a todo el mundo, haciendo que el moderno David universal despierte y venza definitivamente al devastador asesino a quien bautizamos como Goliat.