A la hora de las votaciones, los candidatos al Jugador Más Valioso y al Cy Young siempre se llevan la mayor publicidad.

Sin embargo, esta temporada hay un renglón que podría ser más reñido que cualquier otro: el dirigente del año de la Liga Nacional. Tanto Dusty Baker, Bud Black, y Bobby Cox, han guiado a sus respectivos conjuntos a actuaciones que pocos, por no decir nadie, pronosticaban.

Black, dirigente de San Diego, ha tenido que lidiar con un equipo de muy pobre ofensiva, pero que compensa con el mejor pitcheo que tiene el viejo circuito.

El caso de Baker es diferente. Entre las 16 escuadras de la  Nacional, Cincinnati ocupa el décimo puesto en efectividad, lo cual demuestra la ineficacia de los brazos rojos.

Pero aquí el otro lado de la moneda: los Reds tienen el mejor promedio de bateo de la LN.

Finalmente, Cox viene siendo el neutro. Atlanta tiene buen bateo (7mo) y buen pitcheo (3ro), y por eso está por encima de los Filis de Filadelfia.

 Las tres novenas tienen sus méritos. Al final habrá que ver si el factor decisivo será la poca estelaridad de los Padres, las lesiones de los Bravos, o la sorpresa de Cincinnati.

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Fuerte olor a playoff

Antes de iniciar la temporada, Bobby Cox manifestó que está iba a ser  su última como dirigente. Una buena despedida sería ir a postemporada, donde no asiste desde el 2005.

  La última vez que Dusty Baker clasificó fue en el 2003 con los Cubs, mientras que Buddy Black todavía no ha podido ir a una Serie de División con sus pupilos.