SAN JOSE (AFP) – Costa Rica se prepara con desgano para ir a elecciones generales dentro de una semana, tras una desteñida campaña que no prendió en los electores cansados de la corrupción y promesas incumplidas de los políticos.

El ex presidente y Premio Nobel de Paz Oscar Arias, candidato del Partido Liberación Nacional (socialdemócrata) y quien encabeza las encuestas, realizaba este domingo su cierre de campaña con una manifestación en la que esperaba reunir a unas 50.000 personas en San José.

Entre casi medio centenar de agrupaciones que participan en el proceso electoral a escala cantonal, provincial o nacional, este fue el único partido que optó por hacer manifestaciones masivas en esta campaña, en la cual desaparecieron las tradicionales plazas públicas, el despliegue de banderas y el bullicioso proselitismo en las calles.

Las encuestas le otorgan a Arias más del 40% de los votos necesarios para ganar en primera ronda, seguido por Ottón Solís, del Partido Acción Ciudadana (centroizquierda) y Otto Guevara, del Movimiento Libertario (derecha), en medio de la notoria apatía de más de un millón de electores indecisos o que planean no votar (entre un total de 2,5 millones), por lo que el abstencionismo podría rondar el 40%.

El presidente del Tribunal Supremo de Elecciones, Oscar Fonseca, iba a hablar este domingo en la noche por cadena de televisión para llamar a la población a que acuda a las urnas el domingo 5 de febrero.

El tribunal electoral ha enfrentado problemas para integrar las 6.163 juntas receptoras de votos previstas en todo el país, ya que casi la mitad de sus miembros (42%) no se han juramentado.

Si no se presentan el día de las elecciones podrían ser buscados con ayuda de la policía, advirtió el organismo, que el viernes emitió un decreto que obliga a cualquier costarricense que sea requerido para trabajar como miembro de mesa el día de las elecciones.

Los partidos aprovechan los últimos días para intensificar su propaganda en los medios de comunicación, antes de que entre a regir el viernes un acostumbrado silencio electoral previo a las votaciones.

Unas declaraciones del arzobispo de San José, Hugo Barrantes, sacudieron en los últimos días la modorra de la campaña, que según analistas ha estado más centrada en exaltar la figura de los candidatos que en el debate de los problemas del país, como los escándalos de corrupción que llevaron al encarcelamiento temporal de dos ex presidentes y a la fuga de un tercero en el 2004.

Barrantes llamó a meditar bien el voto y fustigó las políticas neoliberales que han venido aplicando los gobiernos en el país, donde la democracia, dijo, «está secuestrada» por un pequeño grupo de poderosos, y ha aumentado la desigualdad y la exclusión social.

Un total de 2.550.613 costarricenses están habilitados para votar el próximo domingo, cuando se elegirá al nuevo presidente y dos vicepresidentes, además de los 57 diputados de la Asamblea Legislativa y los 81 concejos municipales de todo el país.no tienes