Creación de impuestos = Pérdida de votos

Creación de impuestos = Pérdida de votos

 JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ ROJAS
Sin lugar a dudas que el título de esta entrega podría definirse como un principio universal. Gobiernos que han saturado a sus poblaciones con odiosos impuestos, la mayoría de ellos injustificados o para la construcción de obras faraónicas, han salido derrotados en las elecciones subsiguientes a la creación de los mismos.

El último ejemplo lo ha constituido la pérdida de muchos escaños en las elecciones legislativas la semana pasada en Francia por parte del partido del presidente Nicolás Sarkozy, lo que representó un fuerte repunte del Partido Socialista, el cual había sido minimizado en las encuestas.

Dos fueron las causas para esta aplastante derrota según los politólogos. El primero, a entender de los mismos el de menor valía, impedir el peligro de un exceso de concentración de poder en manos del presidente Sarkozy. En segundo, el que le llevó a esta derrota, el querer aumentar en un cinco por ciento el IVA (Impuesto al valor añadido), que ya en Francia está en un diecinueve por ciento y el pueblo francés considera que al estar abrumado por demasiado cargas impositivas, su calidad de vida ha descendido enormemente y hay sectores que viven prácticamente de la seguridad social o en ghettos.

Para el presidente Sarkozy, su mayor derrota sin embargo la constituyó la pérdida de su «superministro», el número dos en jerarquía, Alain Juppé, quien por disposición tomada por el primer ministro Francois Fillon deberá dimitir del cargo de Medio Ambiente, el cual había sido definido por el expresidente Jacques Chirac, como «el mejor de todos nosotros». No obstante tener que dimitir, mantendrá su cargo de alcalde de la ciudad de Burdeos.

Aterrizando en nuestro país y sin tratar de hacer un paralelismo entre aquella nación super desarrollada y la nuestra pobre y sin instituciones bien definidas como en Francia, el tema de los impuestos será decisorio en las próximas elecciones de mayo de 2008. La ciudadanía se pregunta con insistencia, hacia dónde nos exprimirán para tratar de concluir  en tiempo récord  la construcción de un Metro que, a pesar  de que hemos defendido  su necesidad, no debió comenzarse sin una planificación adecuada con amplios estudios del subsuelo, para evitar los grandes derrumbes que las aguas caídas y un suelo arenoso han ocasionado, lesionando gravemente el tránsito en avenidas tan concurridas como la Máximo Gómez y la calle Correa y Cidrón.

En un país eminentemente pobre, cuya dependencia principal es el turismo, nos encontramos con hechos que desdicen de esta situación, al ser revelado los elevados salarios que ministros, directores de agencias y de instituciones autónomas devengan, señalándose que éstos hasta quintuplican el salario del primer mandatario de la República. Es más, nuestras autoridades ni siquiera piensan en el daño que resulta para el país, la inseguridad desde todos los puntos de vista. En el último número de la revista Time (18 de junio de 2007), aparece un gráfico denominado «Déle a la paz un número», elaborado por la Unidad Económica de Inteligencia de la Global Peace Index, en donde figura la República Dominicana en el número 74, muy por debajo de países que nosotros pensábamos que eran más inseguros que el nuestro, como Bhután, Rumania, Vietnam, Tunisia, Botswana, Latvia, Zambia, Bulgaria, Tanzania, Libia, Namibia, Nicaragua, Bolivia, Perú, Guinea Ecuatorial, Moldavia y hasta Egipto. Y con esta clasificación tan negativa, no obstante las declaraciones en contra del único teniente general en el mundo nombrado jefe de la Policía, quien para darlas en su despacho, se calza el capáis como señal de su autoridad.

Ha sido considerada muy atinada la medida del señor Presidente de la República en cuanto a la revisión de los impuestos aplicados a las bebidas alcohólicas y el otorgar una amnistía fiscal a los sectores productivos, los cuales, no obstante las bonanzas y los cantos de sirena que se escucharon con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio entre los Estados Unidos de América, Centroamérica y la República Dominicana, todavía no se han visto esos «cacareados» beneficios. Es más, podemos repetir lo que con anterioridad a la entrada en vigencia habíamos señalado, que desaparecerán entre un 50 a un 60% de los sectores involucrados en el sector primario de nuestra economía.

El ejemplo de lo ocurrido en Francia debe ser bien tomado en cuenta por los sectores fiscalistas del Gobierno, incluyendo a las Cámaras Legislativas en la cual el partido en el poder tiene la mayoría. Si están pensando en quedarse «subido en el palo» como expresan en su propaganda, deben hacerle mucho caso al refrán popular que expresa: «Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas en remojo».

Publicaciones Relacionadas

Más leídas