La juventud en el arte y la juventud en el tiempo no siempre coinciden. Hay artistas de 25 años cuyas obras y conducta profesional parecen totalmente anticuadas, hay otros que podrían ser los padres, casi los abuelos de los primeros y sin embargo crean y actuan como si accedieran ahora al mundo de la plástica. En la República Dominicana, hubo los casos del incomparable Paul Giudicelli pero él murió a destiempo-, y de Darío Suro, de compulsiva vitalidad e increible actualidad que perduraron hasta sus últimas obras. Aquiles Azar ha tomado el relevo de Suro, y hoy le podríamos calificar como el más joven de los artistas dominicanos, observando su entusiasmo en dibujar, pintar y exponer. La muestra que ahora presenta en Altos de Chavón, plaza sinónimo de arte joven y contemporáneo, confirma esta virtud y privilegio: comprueba la permanencia de un estilo inconfundible, junto a una productividad y un desenvolvimiento, una soltura, y una fluidez, cada vez más acentuados. En sus últimos períodos, ha soltado sus demonios artísticos, cuando los artistas muy maduros suelen preferir la cautela y evitar las polémicas.
La Exposición. La presente exposición ratifica que, si quisiéramos definir la personalidad artística de Aquiles Azar, al compás de las décadas, lo situaríamos fundamentalmente como dibujante y uno de los mejores del arte dominicano en toda su historia Él plasma el bodegón, el bestiario, la figura humana e, inesperadamente, logra incursionar en una abstracción efusiva y gestual
Sin temer a las distorsiones, la fealdad, hasta la morbidez en el tratamiento de los rostros, él siempre se adelantó a la época, con un tratamiento liberado y audaz de artista contemporáneo y un cambio de los patrones estéticos suyos y communes-. Los extraños personajes de Aquiles entregaban sus perturbaciones a una delineación convulsiva.
Adscribiéndose al expressionismo -corriente mayor del arte nacional-, él sigue demostrando ligereza y virtuosismo en el trazo, la línea y la aguada . En la pintura, su pincelada sigue los mismos parámetros de soltura y seguridad aunadas, y el colorido es firme, sustancioso, sin abigarramiento. Cualquier formato, incluyendo a las miniaturas, le conviene y se presta para otra escala.
La emotive obra de Aquiles significa vida. Si bien es cierto que siempre interesan al artista las criaturas vivas, la fauna , el hombre rostro, cuerpo, puño-, o la naturaleza vegetal, cuando él se refiere a elementos no animados o neo-abstractos, les dota de una llama interior. Así los objetos, las botellas especialmente, todavía muy presentes y morandianas, se metaforizan en criaturas que, dispuestas en fila o en grupo, dialogan y plantean una solidaridad misteriosa.
En pocas palabras, la exposición de Aquiles Azar en la Galería de Altos de Chavón es una puerta abierta sobre el mundo, real e imaginario. ¡Hasta la fecha de su inauguración, el Día de la Altagracia, fue una demostración de originalidad!
Un profesional muy activo
A la vez odontólogo y artista con excelente formación en ambas carreras, Aquiles Azar, nacido en 1932 en Santo Domingo, se ha dedicado a dos ramas profesionales, a las cuales se debe agregar la literatura – cuento y poesía -, la música y el coleccionismo de caracoles.
Ha sido miembro activo de los movimentos culturales post-trujillistas y, con un real sentido del deber artístico, ha participado en casi todos los concursos y bienales nacionales de arte hasta muy recientemente.
Otro rasgo notable es la frecuencia de sus decenas de de exposiciones individuales y de su participación en importantes muestras.